Seis meses y medio más tarde

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NA: 6 años más tarde... vuelvo con esta horrible historia xD

Tengo que aclarar que no era así como había planeado el final, pero puede considerarse un buen resumen para un cierre digno (?) Bueno, en realidad no mucho. Pero perdí el interés en la historia hace años (llegando a odiarla) y era una losa en mi conciencia que tenía ganas de quitarme de una vez xD

Tampoco es lo mejor que he escrito, así que no esperéis mucho.

Los que estaban esperando actualización podéis considerar este capítulo como el final de esta historia, donde he intentado explicar el título y lo que pretendía hacer con la trama de mierda que tenía. Y los que no la conocían, por favor, no leáis ni esta historia ni su primera parte. Hacedme caso. Son muy malas.

Capítulo 6: Seis meses y medio más tarde.

Ambos estábamos cansados. Hacía tan solo una semana que Hermione había dado a luz a nuestro hijo y apenas habíamos dormido un puñado de horas cada noche. Scorpius lloraba y lloraba, y cuando no lo hacía, teníamos que levantarnos para cambiarle el pañal o alimentarlo.

A pesar de todo, no me quejaba. La vida al fin me había dado una tregua para redimirme de mis errores y caminar por el camino correcto. Al fin había aceptado sentarme a hablar con los demonios que tanto me habían atormentado durante años. Había conversado con ellos largo y tendido, había gritado y llorado también. Al final, todos estuvimos de acuerdo en una cosa: ellos debían irse, y yo debía vivir con el recuerdo del dolor que me habían causado. Aun sin tener que convivir con ellos, seguiría siendo difícil avanzar. Y es que por su culpa estuve a punto de perder el amor de Hermione, a punto de encerrarme en mí mismo y tirar la llave, a punto de convertirme en lo que una vez detesté de mi padre.

Ahora, después de mi lucha por convertirme en una mejor persona, dormía junto a ella, y a los pies de la cama, nuestro hijo en la cuna. Sorprendentemente, era la primera vez desde que había llegado al mundo que no lloraba por la noche, por lo que tanto yo como Hermione aprovechamos gustosos el hecho de poder descansar.

Totalmente adormilado, me moví un poco sobre la cama, con tan mala suerte que hice sonar los muelles del colchón. Me incorporé un poco para comprobar que mi niño todavía dormía, que aquel ruido no lo había despertado... pero al abrir los ojos y lograr enfocarlos en la oscuridad, pude distinguir una figura de mujer inclinada sobre la cuna de mi hijo. Creí apreciar sus cabellos rojos y sus facciones finas, pero las sombras podían estar jugándome una mala pasada.

Quise lanzarme sobre aquella persona tan pronto como fui consciente de que aquello era real. No estaba soñando, esa mujer extendía los brazos como si pretendiera coger al niño... Pero tan pronto como me decidí a hacerlo, ella pareció percatarse de mis intenciones y actuó primero. Con un rápido movimiento, estiró un brazo hacia mí y susurró:

—Somníferus.

Una luz salió de la punta de un objeto alargado que sostenía y, de repente, dejé de estar consciente.

Cuando desperté de nuevo, la luz del día me cegó al instante. Me froté los ojos con el dorso de la mano y volví a abrirlos, esta vez poco a poco. Hermione no estaba a mi lado, ni la cuna estaba en su sitio. Y ahora que veía con más lucidez, aquella ni siquiera era nuestra habitación. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado con mi familia?

Cauteloso, salí de la cama y caminé por la habitación hacia la puerta. Fuera, unas voces se escuchaban por el hueco de las escaleras... entre ellas la de Hermione. Agudicé el oído lo suficiente como para comprobar que ella no gritaba, ni siquiera lloraba o rogaba a sus secuestradores... ella parecía tranquila. Bajé las escaleras y, con sumo cuidado, me asomé por la rendija de la puerta de donde procedían las voces.

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