Después de que Remus saliera de sus habitaciones, Harry se aseguró de pedir a Hogwarts que cerrara la puerta del retrato. No quería ser sorprendido durante la noche (y menos por Dumbledore). Quién sabe quién más está en el castillo a esas horas, por alguna razón no le extrañaría que los Weasley y Hermione estuvieran por allí.
Incluso con ellos teniendo una pelea, podrían ser utilizados para influir en él en estos momentos. Dumbledore esperaba utilizar esto como una forma de controlar los crecientes acontecimientos fuera de los muros de Hogwarts. Quería ser el titiritero que había sido antes, sin importarle lo que pudiera pasar si sus peones llegaban al otro lado del tablero.
Se había dispuesto voluntariamente a fracasar, dándole a Harry una forma de salir de sus garras y unirse al Lado Oscuro. Finalmente, Harry sería libre, y ni siquiera tenía que hacer nada. Sólo tenía que escuchar y actuar de acuerdo con lo que el anciano quería que hiciera, al menos durante un tiempo.
En cuanto se fuera con Tom, fue consciente de que podía volver a ser su propio hombre. Podía ser quien quisiera ser, deshacerse de las máscaras que había llevado durante tanto tiempo y simplemente disfrutar de este nuevo giro de los acontecimientos.
El Lado Oscuro, como era de esperar, estaba encantado con esta perspectiva. Como con esto, Dumbledore estaba renunciando a todos sus jugadores. Ninguno de los otros era tan importante como Harry, y menos aún si se tenía en cuenta la fama que Harry había alcanzado por ser el Niño que Vivió. Así como la riqueza que poseía, siendo Lord Potter, y Heredero Black. Dumbledore, a pesar de su propio estatus, no era nada comparado con eso.
Dado que él y Tom eran herederos fundadores, él por Gryffindor y Tom por Slytherin, poco podría hacer el hombre cuando empezaran a cambiar el colegio. Después de todo, era el director, y uno con bastantes marcas en su libro. Una vez que se corriera la voz al respecto, poco tendrían que hacer para sacar a Dumbledore del despacho.
Tumbado en la cama, Harry canturreaba mientras pensaba en el día siguiente. Pasarían muchas cosas, las suficientes como para que éste fuera un verdadero punto de inflexión en su vida.
Todo lo que necesitaba ahora era una buena noche de sueño y su mejor actuación estaba lista. Esta sería la última actuación del Chico de Oro de Gryffindor que habían deseado desde que entró en el Mundo Mágico.
Pronto se convertiría en la Serpiente de Plata que siempre estuvo destinada a ser.
[♧♧♧♧♧♧]
A la mañana siguiente, tal y como esperaba, Dumbledore se presentó en su puerta actuando como si hubiera sido enviado para darle la mejor noticia de su vida. El regocijo del hombre se desprendía de él y hacía aún más obvio por qué Harry (y la mayoría de los Slytherin) no le tenían tanto cariño.
Después de todo, estaba más que dispuesto a casar su "preciada arma" con tal de ganar la guerra. No es que fuera a ganarla realmente, pero iban a dejar al hombre en sus delirios.
Harry pareció sorprendido cuando Dumbledore le dijo que había encontrado una forma de ganar la guerra sin derramar sangre. Lo único que tenía que hacer Harry era seguir su plan, esperar a que Voldemort (y el hombre seguía sin ver a Tom como lo que realmente era) fuera vulnerable y atacar, poniendo fin a la guerra para todos ellos.
Si no lo hubiera sabido todo, podría haber creído al hombre también. Casi sonaba sincero en su explicación, como si se preocupara por Harry pero pensara que esa era la única manera de que todo esto se resolviera.
Harry sabía lo contrario, que Dumbledore quería seguir llevando las riendas de la Gran Bretaña mágica. Ni siquiera escuchó lo que Tom quería realmente, cuáles eran sus objetivos a largo plazo.
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THE CONTRACT
FanfictionAl encontrar los amigos más improbables durante su cuarto año, Harry tuvo la oportunidad de desarrollar su verdadero yo. Para asegurarse de que era más que capaz de ser él mismo, y no lo que esperaban de él. Cuando se presentó la oportunidad de segu...