ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔛ℑ𝔙

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Alexis recorrió por su propio pie toda la distancia que le fue posible, pero, poco a poco, la adrenalina fue abandonando su cuerpo y empezó a ser consciente del dolor. Y vaya si dolía; podía mitigar la quemadura de su espalda con sus propios poderes, pero las balas quemaban en su pierna más que cualquier fuego suyo.

Barry también notó que su hermana no llegaría mucho más lejos, y la Mansión Wayne aún quedaba lejos de donde se encontraban.

—Te voy a llevar a caballito —dijo Barry de pronto.

—No, puedo seguir un rato —contestó Alexis. No le agradaba la idea de desplazarse a velocidad súper sónica. Apenas era capaz de leer si iba en coche o en autobús debido al mareo, y tampoco quería vomitar sobre su hermano.

—Oh, vamos —prosiguió Barry—. Iré lento, lo prometo.

Alexis dudó un poco. Tropezó debido a la debilidad de su pierna. Barry la detuvo antes de caer al suelo.

—Está bien —dijo Alexis.

Barry la ayudó a subirse a su espalda.

—Agárrate bien —dijo Barry.

—¡Barry! —gritó Alexis.

Pero Barry ya había empezado a correr y su propio grito le sonó lejano.

┈┈┈☾┈┈┈

Barry solo se detuvo al llegar a la batcueva, en donde ya los esperaba Bruce y Alfred. El mayordomo solo miró para ellos, luego para Bruce y al final bufó antes de ayudar a Alexis a tenderse en una camilla.

Para horror de Alexis, Alfred sabía cómo tenía que sacar las balas sin causarle daños mayores, y luego vendó las heridas con maestría. Para calmar su espalda, Alfred le suministró una pomada que apaciguó las quemaduras. Al ver la diligencia con la que actuaba, Alexis dedujo que esta no era la primera vez que lo hacía; Alfred debía de haberle curado las heridas a Bruce desde el principio para evitar ir a un hospital y que los médicos se hicieran preguntas incómodas.

—Gracias —dijo Alexis una vez que Alfred le dio el visto bueno para levantarse.

—Uno tiene años de práctica en curar las heridas que los niños se hacen jugando —contestó Alfred con tristeza.

—Quiero saber todo lo que ha pasado —dijo Bruce, cortante.

Alexis le contó los nuevos problemas de Amanda Waller (a lo que Bruce hizo una mueca de desagrado sin opinar nada), y su visita a los antiguos miembros del Escuadrón Suicida. Le contó cómo el Joker había llegado a llevarse a Harley y todo lo que pasó hasta que Barry fue a rescatarla.

—Belle Reve era una prisión de máxima seguridad —dijo Bruce después de escuchar todo—. Waller tendrá que dar muchas explicaciones por esto.

—¿Y qué vamos a hacer? —preguntó Alexis.

—Tú nada.

—¿Cómo que nada? Harley Quinn está libre otra vez y el Joker ha consiguido infiltrarse en la prisión más segura del país. La Liga de la Justicia tiene que hacer algo.

—Y lo hará, pero no por el momento —respondió Bruce—. La última Caja Madre sigue escondida, pero Steppenwolf sigue en su búsqueda.

Barry alternaba su mirada entre los dos como si estuviera viendo un partido de tenis.

—J'onn J'onzz tiene la Caja a buen resguardo —protestó Alexis—. Nadie sabe dónde está.

—Por el momento.

Andeväsen ~Aquaman~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora