Sempiterno ࡆCarlisle Cullen

Capítulo 2

•Amigos•

(Perspectiva Ada)

Unos golpes en la puerta me despertaron.

—Adelante— dije desperezandome.

—Buenos días, iremos a desayunar a la cafetería— mi padre asomó su cabeza por la puerta.

—Vale, bajo en unos minutos— me senté de la cama.

Los rayos del sol comenzaban a emerger de entre las montañas, eso era raro, ya que en Forks habían muy pocos días soleados. Decidí usar un vestido simple, pero formal, una chaqueta por el frío y mi bolso. Después de desayunar, iría al hospital a solicitar un puesto de trabajo.

Agarré unos papeles para la entrevista y bajé rápidamente las escaleras, en la puerta estaban Bella y Charlie. Mi hermana me sonrió, me acerqué rápidamente y la abracé.

—Hola bichito— esbocé una sonrisa.

—Te he echado tanto de menos— respondió aplastándome contra ella.

—Y yo a ti—le acaricié la cabeza y deposité un beso en su frente, acto seguido mi estómago rugió —Creo que deberíamos ir a desayunar, me muero de hambre— me separé de ella tocando mi estómago.

Salimos de casa, subí al coche patrulla de mi padre, Bella iría en su camioneta, ya que después tenía que ir al instituto y nos fuimos a la cafetería. Cuando llegamos, nos acomodamos en una mesa cerca de la puerta. Pedí una simple tostada y un café, no quería tardar demasiado.

—Y...¿hay algo nuevo por aquí?— intenté sacar tema de conversación.

—La verdad es que no, todo sigue igual que siempre— Bella se encogió de hombros.

—Ada ¿Te acuerdas de Jacob?— preguntó mi padre.

—Claro, como para no hacerlo, estuvo llorando una semana antes de que me fuera a la universidad—sonreí recordando aquello.

Charlie soltó una pequeña risa —sí, aquello fue bastante gracioso— hizo una pequeña pausa —creo que deberías ir a visitarlo, aún sigue preguntando por ti—

—Sí, iré a visitarlo más tarde— tomé un sorbo del café —Oye papá, ¿te importaría llevarme al hospital?

—No hay problema...¿te encuentras bien?— la expresión de mi padre tornó más sería.

—Sí, perfectamente, solo voy a solicitar un puesto de trabajo— aclaré mi garganta —si voy a vivir con vosotros, quiero aportar algo.

—Sabes que no hace falta— dijo mi padre.

—Quiero hacerlo, no me gustaría quedarme en casa sin hacer nada— le reproché.

—Está bien, como quieras— aceptó.

—Podrías trabajar en mi instituto como enfermera—dijo Bella divertida.

—¿Trabajar con adolescentes con las hormonas a flor de piel? Lo siento, pero yo por ahí no paso— negué con la cabeza riendo, Bella también se rió.

—Tenemos que irnos ya, llegarás tarde— Charlie miró a Bella bastante serio terminando el desayuno. Seguramente ya se habría saltado algunas clases con ese novio que cree mi padre que tiene.

Subimos al patrulla, Bella iba delante de nosotros, pero poco después tomó otro trayecto. El viaje fue silencioso, a Charlie nunca se le ha dado bien sacar tema de conversación y yo estaba demasiado nerviosa como para hacerlo.