Capítulo 9

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•Bella•

(Perspectiva Ada)

Bella se había esfumado. Cada segundo que pasaba sin noticias de ella aumentaba mi desesperación, las peores imágenes de lo que había podido suceder aparecían por mi cabeza y por más que tratara de mantener la calma, estaba empezando a derrumbarme. Llamé una y otra vez, agotando mi saldo, pero el teléfono permanecía mudo, solo se escuchaba el sonido del contestador . Charlie, Billy y los chicos de la manada de Sam Uley se unieron a la búsqueda. La desesperación me consumía mientras rogaba en silencio por encontrarla sana y salva. No salí en su búsqueda, podía ponerme en riesgo, puesto que las personas que nos estaban ayudando no conocían mi verdadera identidad, si me descubrían sería peligroso para mi familia y era lo último que quería en ese momento, ellos me necesitaban.

Después de un par de horas angustiantes, vimos a Sam aparecer desde las entrañas del bosque, con Bella en brazos. Había perdido el conocimiento. Una vez en su habitación, me quedé a su lado para vigilarla. Aparté los mechones de cabello de su rostro y noté su piel helada. Quién sabía cuánto tiempo había pasado sola, en el frío suelo del bosque. Sus mejillas estaban enrojecidas y marcadas por lágrimas secas. Al verla, una oleada de rabia y tristeza me invadió, preguntándome por qué no había estado allí para protegerla.

Con el paso de las horas, Bella comenzó a despertar lentamente. Miraba a su alrededor con tristeza y, al encontrarme sentada al pie de su cama, rompió en llanto. Al principio, me quedé sorprendida por su reacción, pero luego me acerqué a ella y la abracé con fuerza. Temblaba y lloraba desconsoladamente, dejando escapar todo el dolor que llevaba dentro. Permanecí consolando a Bella hasta que finalmente cayó dormida, exhausta tras haber llorado desconsoladamente durante mucho tiempo. Según ella me contó, Edward la había dejado sin ninguna explicación y había desaparecido por completo. La dejé acostada en su cama y me dirigí al baño para despejarme. Una ducha reconfortante con agua caliente me ayudó a relajarme. Luego, me puse mi pijama y me retiré a mi habitación para descansar. Sin embargo, ese momento de calma fue breve.

Pasaron días, semanas, incluso meses desde aquel día, pero Bella no mostraba signos de mejoría. Su semblante perdía color día tras día, reflejando el peso invisible que la oprimía. Pasaba sus horas sentada en una silla, mirando fijamente por la ventana, como si esperara ver algo que nunca llegaba. A veces, escribía a Alice en busca de consuelo, pero no recibía respuesta, lo que aumentaba su sensación de abandono. Las noches eran aún peores que los días. Cada noche, se levantaba gritando por las pesadillas que la atormentaban, protagonizadas por Edward. Charlie y yo nos turnábamos para calmarla, pero al final era yo quien permanecía despierta a su lado, mientras Charlie debía ir a trabajar y yo podía aguantar sin dormir, aunque al día siguiente tuviera que ir al hospital exhausta. Noches enteras velaba su sueño, acariciándola en un intento desesperado por ahuyentar sus demonios internos, pero siempre parecía que estos volvían con más fuerza. Y aunque lograba que saliera con sus amigas y con Jacob, seguía sin poder olvidarlo. Siempre estaba presente, ya sea en sus pensamientos o en visiones fugaces, como un espectro que se negaba a desaparecer, un eco constante de un amor perdido que la consumía desde dentro.

—Huyó por lo que pasó aquella noche con James— Dijo Bella observando por la ventana.

—¿A que te refieres?

—James era un vampiro, rastreador...el me tendió una trampa, dijo que tenía a mamá y que si no iba la...— me miró con los ojos cristalizados. —C-casi me mata, él... me mordió— esto último lo dijo con miedo supuse que era a mi reacción.

Me acerqué a ella y la agarré de los hombros —¿Cómo que te mordió?— ella asintió con la cabeza.

—Edward me sacó el veneno, luego acabaron con él— me senté en la cama tratando de asimilarlo.

—Debías de habérmelo dicho antes y si hubiera pasado algo peor... ¿Bella?¿Bella?— Bella se volvió a desvanecer mientras miraba la ventana, esa dichosa ventana.

Una noche en las que cuidaba de Bella, Amanda me llamó para expresar su deseo de mantener nuestra amistad. Había conversado con su padre, quien le había hablado bastante bien de mí, así que no había razón para evitar el contacto. Después de discutir un rato sobre el estado de Bella, colgó y yo volví a mi rutina de cuidados a mi hermana.





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Hubo una mañana en la que fuimos a visitar a los Black, quería que Bella se distrajera y de paso yo también desconectaría un poco.

—Bella, where the hell have you been loca?— Jacob se acercó corriendo a Bella como si fuera el seductor de la típica telenovela que ponen por la tarde, con el pelo al vuelo y los músculos bien definidos. Bella no pudo evitar reír por aquello.

—Lo lleva diciendo toda la mañana, pensaba que le había dado algo y se había quedado un poco...tonto— dijo Amanda torciendo la nariz mientras miraba a su hermano, yo no pude evitar reír. —Vayamos dentro.

Al volver de la casa de los Black, vimos a Charlie esperándonos, apoyado en la camioneta de brazos cruzados.

—Bella, recoge tus cosas, te vas con tu madre.

—¿Cómo?¿Por qué?— preguntó Bella confundida.

—Estás mal y tiene que irte— Charlie desvió su mirada.

—Estoy de acuerdo contigo en muchas cosas, pero que Bella se vaya con mamá no es la solución, yo la estoy cuidando.

—No puedes estar así, se que estás cansada, ¿qué vas a hacer cuando no puedas rendir bien en el trabajo? Te pueden echar, así que Bella tiene que marcharse.— Charlie parecía no dar su brazo a torcer.

—Charlie, no estás siendo racional, Bella no puede volver a irse. Por favor, deja que se quede.

Él simplemente suspiró cansado mientras nos miraba a Bella y a mí, luego se dirigió hacia el interior de la casa. En ese momento, parecía que había logrado lo que quería. Bella me miró con alivio y se abrazó a mí. Correspondí al abrazo y deposité un beso en su cabeza y juntas entramos en casa.

Sempiterno ࡆCarlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora