De una rosa me enamoré,
decía con ella me casaré.
Con sueños mi alma destrozé,
y con la realidad yo choqué.
Me prometí no repetirlo,
pero engaño si no ha ocurrido.
Mi corazón demasiado ha sufrido,
y yo no paro de herirlo.
De otra rosa me enamoré,
decía con esta si me casaré.
Otra vez mi alma destrozé,
y con la realidad choqué.
Dos rosas ya han recogido,
del suelo de tierra humedecido.
Yo ninguna, y por introvertido,
solo he quedado más destruido.