× |Oneshots Zhongchi| ×

× The fool ×

× Sinopsis: Zhongli conoce al legado del mal.

Contenidos: angst

|●□☆□●|

Lo celestial se ve fuertemente repudiado por lo abisal. Sin embargo, Zhongli no se explicaba esta atracción por el mismísimo abismo.

No lo notó al principio, pues parecía una vida de rosas; calmada y relajada. Tan real como irreal. Quién diría que, un ser divino, haya caído por un mero mortal manchado de veneno celestial.

Sin embargo allí estaba, frente a frente con Childe; en medio de una batalla formidable. Zhongli no sabía que conocería esa otra parte suya.

― Ríndete Childe, esto es un sinsentido ―exclamó el ex arconte, miró a su adversario desde arriba, pues éste se hallaba tendido en el suelo. Le había costado frenarlo sin lastimarlo mucho; pero había logrado frenar a la imparable máquina de matar más predilecta de toda Snezhnaya. Su lanza no mostraría piedad, la batalla solo tendría un final trágico si seguían así.

Maníaca era su expresión, la sangre saliendo de su nariz, pintando sus labios en un carmín intenso. Su locura no encontraba fin, estaba perdiendo su sanidad mental. Sentía la adrenalina correr por sus venas, dominada por la excitación de las batallas. Sin embargo, no estaba complacido.

― Morax, ¡tómame como un reto! ¡Seré humano pero soy un digno adversario! ¡Enfréntame! ―gritó desde abajo Childe. Desde que había comenzado el desafío, sintió como el contrario estaba conteniéndose. No había liberado todo su poder. No lo estaba tomando en serio. Ese era el ego de un dios, menospreciando al mortal ser humano, el breve suspiro en la existencia de la inmortalidad.

Haría de ese breve pestañeo de existencia ante los ojos del arconte memorable, y a pesar de las consecuencias, iría hasta el final. Era la oportunidad de su vida, no la dejaría ir así como así.

Deshizo su cuerpo con energía Hydro y escapó del pie de Zhongli. Se alejó de éste y ante su mirada atenta inició su transformación.

Comenzó a emanar energías electro e hydro que pronto recubrían cada centímetro de su piel. Sus extensiones se vieron reforzadas con armadura abisal. Creció en tamaño para amoldarse a su nueva vestimenta. Sus cabellos fueron apartados de su cara para que una máscara rojiza pudiera coronar su monstruosa vestimenta.

El legado del mal era introducido a al retirado arconte Geo. El encarne celestial sentenciaría lo que el propio abismo bautizó.

Repulsión. Zhongli sintió náuseas al ver como el joven abandonaba su humanidad para abrazar lo monstruoso. Éste, que había llegado a ser tan cercano a él, se convierte en enemigo. Los principios celestiales lo obligaban a purgarlo. Pero realmente no lo deseaba, quería al chico más de lo que se hubiera permitido en un inicio. Tal vez, este sentimiento que afloraba en su vacío pecho, era lo que se hacía llamar amor.

No tuvo tiempo de reflexionar sobre sus emociones, Childe embestía en su dirección. Su velocidad era inigualable, apenas lo había podido esquivar. Rápidos ataques de lanza se aventaban hacia Zhongli, todos y cada uno de ellos estaban cargados con energía elemental. Cuando lo parecía ser el fin de sus ataques se convirtió repentinamente en un golpe bajo, que estuvo a punto de enterrarse en su diafragma, fue salvado por su escudo de jade.

Sintió una grotesca risa:

― Ahora si me estás tomando en serio ―río nuevamente la voz de ese ser con voz de ultratumba―. Adelante Morax, demuéstrame tu poder.

Una nueva oleada de veloces ataques lo embistió. Su escudo apenas daba abasto a tal incursión. No podía continuar defendiendo, debía contraatacar. Su larga existencia le había enseñado como desenvolverse en batalla. Y era en ese momento era donde la ofensiva era lo correcto.