× Venomous ×

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Un soleado día de verano en la llanura Guili era el escenario de un feroz encuentro. Tres hombres se hallaban en combate con unos ladrones de tesoros. Quién diría que el onceavo de los once, el pulcro consultor de la funeraria "El camino" y el legendario viajero habían reunido fuerzas para acabar con esta horda.

Eran muchos, más de cuarenta ladrones se hallaban reunidos en este campamento, al parecer se trataba de su base central.

Aether había pedido su ayuda más como una escusa para ver a la pareja que realmente necesitar su auxilio. Pero agradecía que hayan aceptado, lidiar con todos estos ladrones solo habían sido una pesadilla.

Con gracia y elegancia Zhongli se hacía entre la muchedumbre con hábiles ataques de lanza; mientras que su pareja iba a primera línea con sus afiladas dagas. El viajero, por su parte, hacía uso de sus poderes elementales para barrer a los cazatesoros.

Ya iban por más de la mitad, cuando escuchó gritar a uno de los ladrones:

- ¡Úsalo! Maldita sea, ¡úsalo!

- Pero la recompensa...

-Al diablo con eso, debemos salir vivos de esto primero.

Antes que pudieran reaccionar, los ladrones habían lanzado una especie de bomba de humo. El humo ascendía como vertiginosos caminos; el campo de vision se vio delimitado; y el aire contaminado invadía los pulmones.

- Demonios -exclamó Childe en medio de la tos que el humo le provocaba. Con sus ojos medio llorosos pudo detectar alguien cargando una ballesta y disparando contra ellos.

Entre la baja visión era difícil determinar de donde venían los proyectiles. Pero para Tartaglia era como pan de cada día, no tenía inconveniente en esquivar las flechas. Pero Aether no era tan avispado. Una flecha se dirigía directo a su frente.

Childe sin pensarlo dos veces, empujó al rubio, recibiendo él el flechazo en su hombro. El punzante dolor no se hizo esperar.

- ¡Childe! -gritaron al unísono Zhongli y Aether.

El castaño corrió inmediatamente a su lado pasando por encima a unos ladrones.

- Estoy bien, terminemos con esto -pidió el heraldo. Herido como estaba no podían hacer mucho hasta librarse de los enemigos.

- Aether ve por los de la izquierda, yo cubro a Childe.

El rubio asintió y embistió contra lo desconocido. Aún la niebla generada no se había disipado del todo.  Zhongli sintió la ballesta ser cargada. Pero a diferencia de la vez anterior, sin dudarlo activó un escudo sobre sus aliados. No lo había hecho por petición de su amante, la adrenalina de las batallas lo cegaba.

Se dieron prisa y no tardaron en barrer con los últimos ladrones. Muchos de ellos se habían escapado aprovechando la distracción del humo.

Una vez solos, pudieron chequear el estado del onceavo.  Había perforado su hombro pero no parecía nada grave. Zhongli se encargó de la herida con ayuda del viajero. Extrajo la flecha y cubrió la herida con unas vendas que tenía el rubio. Para Childe esta herida representaba un rasguño, no por nada era la vanguardia imperial de su majestad, la Zarina.

- Tenemos que llevarte a la ciudad para que desinfecten la herida -dijo Zhongli terminando de atar las vendas-. En marcha.

Tanto el viajero como el consultor comenzaron a anadar cuando sintieron unos quejidos y luego un golpe seco.

Childe se había desmayado.

Rápidamente fueron a asistirlo, Aether buscó agua mientras que Zhongli lo tenía en brazos. Lo apoyó en un árbol y desprendió su camisa para ver nuevamente su herida.

× |Oneshots Zhongchi| ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora