Conquístame Alfa (Creek)

¿Realmente podemos estar juntos?

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—Wendy, yo... — tragó duro para poder continuar— confío en ti, no dudo de lo que me dices pero estoy preocupado... yo, pensar que cada día estás más pálida y no mejoras nada, me hace sentir un inútil.

—Stan—al ver que el nombrado bajaba la mirada tratando de evitar la suya, lo obligó a verla— realmente estoy bien, que te preocupes por mi de esa manera sólo me hace sentir nerviosa, no volvamos a tocar el tema.

—Pero...

—Dije que fue suficiente— el pelinegro bajó la mirada en acto de sumisión ante la voz de mando de aquella alfa.

Wendy desvió su mirada ante el beta, juraba que incluso podía notar como unas pequeñas orejas de perro bajaban en señal de estar arrepentido.

El silencio reino entre ellos dos, pero pronto fue interrumpido por unos golpes en la puerta.

—¿Puedo entrar?

Los dos dentro de la habitación se sorprendieron al notar a quien pertenecía aquella voz. Sin esperar respuesta, el individuo entró de forma delicada como cuidado sus pasos para no molestar a los presentes.

Un joven apuesto, alto y de cabello rubio se presentó ante la pareja, una agradable sonrisa reinaba en su rostro, no había señal de agresividad en él, sólo amabilidad.

—Gary.

—Vi a Stan corriendo por los pasillos ignorando los gritos del Director PC, supuse que era algo grabe.

Una mirada amenazadora se posó ante el otro alfa, este al notarlo dirigió su mirada hacia Wendy.

Ella no era estúpida, incluso ahora podía ver el brillo en los ojos del alfa cuando miraba a su pareja, eso la molestaba, el hecho de que alguien pudiera quitarle a Stan hacía que su animal interno reprochara e insistiera en combatir con aquel que estaba interesándose en lo que era suyo.

Sin embargo, la idea era desechada una vez que cruzaba en su cabeza.

Ella, una alfa inútil que cada día se quedaba sin fuerzas, perdiendo sus atributos y su olor que se hacía más desagradable a medida que pasa el tiempo la estaban acercando a ser una vergüenza. Saber aquello la hacía sentir impotente, pues desde que notó que otro le estaba haciendo competencia, duramente se comparaba con él.

Y siempre era lo mismo, ella es la que perdería.

Solo podría ver como otro se llevaba lo que su corazón tanto deseaba y lo que su animal interno se aferraba con lo que le quedaba.

—No tienes que preocuparte Gary, Stan solo vino porque se enteró de que me sentía mal.

—¿Es así?— el nombrado le sonrió a la alfa— en ese caso me siento más aliviado, pero, Wendy, en el colegio se rumorea que te has sentido muy mal estos últimos días, tu...

—No te incumbe— frunció el ceño mientras gruñía sutilmente—déjenme sola, quiero descansar.

Stan, que estaba por hablar fue detenido por el rubio agarrando su mano mientras negaba con la cabeza y lo jalaba hacia la salida, el pelinegro lo único que pudo hacer fue resignarse. Wendy apretó los dientes al ver como el alfa había agarrado la mano de su pareja.

Los dos salieron de esa habitación.

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—Gordo, recuérdame porque te estoy acompañando a recibir las botellas de alcohol para que las metas en el colegio.

Kyle caminaba a lado de un pensativo Eric que desde que salieron en camino a aquel vendedor de dudosa procedencia había estado en silencio, cosa que vio demaciado extraño el alfa ya que bajo su experiencia, Eric ya estaría diciendo mil estupideces en todo el trayecto, o como mínimo estaría constantemente insultando ya sea a él o a otra persona.