Capítulo 8

939 45 1
                                    

-Hola lieverd- dijo mientras te dejaba pasar.

-Hola Max- te quedaste junto a la puerta ya que no sabias a donde te tenías que mover exactamente, ¿lo tenías que abrazar, besar?, o simplemente irte a sentar al sillón más cercano y hacer como que seguían siendo los castos amigos que no se besaban en los cuartos del otro.

-Ven- dijo divertido, tomo tu mano, te veías confundida y eso a Max le pareció lindo - ¿quieres algo de tomar o comer? Tengo agua, Red Bull, café, té, creo que hay de esas pequeñas bolsas de gomitas que tanto te gustan.
Camino hasta un pequeño mueble que tenía al lado un mini refrigerador, se veía muy tierno intentando encontrar tus golosinas favoritas.

-¿Qué opinas si preparo un poco de té mientras hablamos?

-Me parece bien, por ahí debe de estar la tetera, creo que solo necesitas conectarla a la luz.

-Max, se como funciona esto, tu sigue buscando lo que sea que estés buscando ahí abajo.
Tomaste la tetera y la llenaste de agua, la conectaste, solo era cuestión de esperar unos minutos y ambos disfrutarían una Rica taza de té.

-Aquí están-
Dijo victorioso sacándote de tus pensamientos y  camino a donde tú estabas, mostrándote unos ositos de goma, eran tus dulces favoritos.

-Gracias- las abriste y sacaste una color rojo, ceresa, tu favorita -Las naranjas son para ti- le entendiste una para que la tomara  pero en lugar de eso abrió la boca esperando a que la pusieras en ella, un poco tímida, lo cual no tendría por qué estarte pasando ya que se habían dado de comer en la boca un millón de veces, aún así te ponía nerviosa su acercamiento,la colocaste en su boca, hizo una mala cara.

-Que el naranja sea mi color favorito no significa que sea mi sabor favorito.

-Ohhh, vamos no están tan malas- probaste una.  -ok si están ácidas- Max soltó una carcajada al ver tu cara, tomó una gomita roja y la cerca a tus labios lo cual agradeciste ya que el sabor a cereza opacó al de la naranja.

-¿Mejor?- Asentiste con la cabeza en señal de aprobació -Oye no es justo yo aún tengo el sabor de la naranja en mi boca.

Le acercaste la bolsa para que tomara uno, pero te sorprendió cuando sus manos en lugar de ir a la pequeña bolsa que había en tus manos se dirigieron a tus mejillas, para poder unirse en un beso, bien tal ves a Max ya se le estaba haciendo costumbre eso de besarte cuando él quisiera y en el momento que él quisiera, y para ser completamente honesta no pondrías objeción alguna, sus labios eran suaves y rellenos, era un beso muy dulce, no como los anteriores, esta vez se preocupaba porque ambos fueran con el mismo ritmo, no había torpes dientes chocando ni narices estorbando, soltaste la bolsa de gomitas en la mesa y colocaste uno de tus brazos alrededor de fuerte cuello  para mantener el equilibrio, con tu mano libre acariciaste su mejilla, siguiendo un poco el camino de su barba de unos días, te gustaba como se veía con ella, lo hacía lucir más guapo, tu mano subió hasta llegar a su cabello, como amabas ese lindo cabello, no importaba si lo usaba largo o corto, siempre te había gustado jugar con el, y más que nada te gustaba verlo sin esa fea gorra que lo caracterizaba, el beso parecía no tener fin, ninguno de los dos se quería separar, ni siquiera para respirar, estaban demasiado cómodos en los brazos del otro como para notar esos insignificantes detalle, las manos de Max se apartaron de tus mejillas, pero cuando iban a protestar por la falta de tacto de su parte las sentiste en tu cintura, ejerciendo la presión necesaria para que el espacio que existía entre ambos cuerpos desapareciera, sonreíste entre cada beso, hasta que por falta de aire, tonto aire, se tenían que separar, pásate una mano por su cabello, el cuál aún se sentía mojado, no podían apartar los ojos el uno del otro, era una conexión que nunca habías experimentado, sentiste tus mejillas calientes al observar lo cerca que estaban, pero no intentaste separarte, Max se acercó para volver a unir sus labios, gustosa empezabas a acercarte a él un poco más cuando el horrible sonido del vapor saliendo por la boquilla de la tetera los asustó.

-Emmm, yo voy hacer el té.
Dijiste mientras salías de tu pequeño trance e ibas a donde sonaba ese horrible ruido, por un momento quisiste solo arrojar la tetera lejos e ir corriendo a los brazos de Max, pero tenías que tener la cabeza fría si querías hablar con coherencia sobre el tema que estaba rondando en tu cabeza, encontraste un par de tazas y las colocaste en la mesa junto con las olvidadas gomitas, ahora siempre que comieras una te recordaría a los labios del lindo chico que se encontraba a unos metros de ti, sonreíste como tonta.

-¿Necesitas que te ayude?

-Si, ¿por qué no buscas los sobres de té y el azúcar mientras yo voy por la tetera?

-Muy bien-
Se acercó de nuevo al pequeño mueble regreso con un par de sobres de té de manzanilla y el azúcar, preparamos nuestras tazas y se fueron a sentar a la pequeña sala que había en la habitación.

-¿Max, podemos hablar de esto?
Dijiste mientras lo señalaba tanto a él como a tí misma, él asintió mientras le daba un sorbo a su taza.
-Bueno, mañana, en la carrera, todos nos verán juntos, y bueno yo..., aún no se como decirle a Daniel, se que se va a molestar, y no quiero que se entere solo por qué en un momento loco nos besamos y Dios tienes como a 20 camarógrafos siempre detrás de ti, simplemente no quiero que Daniel sepa esto-

Dijiste por fin, fue difícil pero sabías que si no lo decías ahora sería más difícil mañana momentos antes de la carrera.

-¿Te averguanza que Daniel nos vea juntos?-

-¿Qué?, claro que no Max-
Dejaste tu taza en la mesita y te sentaste más cerca del holandés.
-Es solo que a Daniel nunca le ha gustado que me relaciones "sentimentalmente" con ningún piloto, y bueno, el día de la fiesta en Monza cuando subimos aquellas fotos, Daniel de inmediato me cuestionó que qué pasaba y dijo que no eras bueno para estar en una relación, aunque claro que en ese momento le di la razón ya que siempre estas con lindas chicas todos los fines de semana.
Dijiste sin pensar hasta que viste la cara del ojiazul, se notaba un poco molesto.

-No voy a pedir disculpas por eso, yo no estaba saliendo con nadie, además como se atreve Daniel a juzgar, el hace lo mismo.

-Exacto, por eso lo dijo, Max, lo único que quiero es que  por favor mañana en la carrera no quiero mostrar ninguna muestra de afecto pública me entiendes.

-¿O sea que vas a estar escondida por ahí?

-No me esconderé, estaré ahí en todo momento, solo no quiero que Daniel se entere por alguna foto o cuenta de chisme antes de que yo misma confirme o niegue algo, ¿puedes por fis hacerme ese favor?

-Esto tendrá un precio.

-¿Qué?

-Lo que oíste, esto tendrá un precio, yo no te besaré y/o abrazaré más haya del indolente amistoso, si usted señorita acepta pasar toda la semana libre antes de las carreras en América, conmigo en mi casa en Mónaco.

-Max sabes que tengo trabajo en Los Angeles, tengo que terminar mis diseños y enviar tareas.

-Esas no son excusas, ______, esos diseños los puedes hacer en cualquier lugar donde tengas una computadora, tela y máquina de coser, lo cual yo te puedo proporcionar estando haya, mientras que las tareas las envías por classroom- tomo un trago de su té, mientras sonreía con arrogancia, tenia razón, además de que tenía una máquina de coser en casa de Daniel, ahí mismo en monaco y no vivía tan lejos de la de Max, podría decirle a Daniel  que me quedaría unos días en su casa el nunca se daría cuenta si estuve o no, ya que estaría bastante ocupado promocionando a McLaren en América junto con el equipo de la IndyCar.
-Entonces, ¿aceptas?

Best Friends  (Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora