La fecha crucial se acerca junto con la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes.
Dejando atrás a toda su família en busca de protegerlos, Lyra solo deja una carta informandoles un poco la situación y esperando que nin...
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HARRY TOMO LA MANO DE LYRA Y LA LLEVO A FUERA CON ÉL, Kingsley iba de un lado para otro a grandes zancadas y miraba el cielo cada vez que daba media vuelta.
Hagrid, Hermione y Lupin estaban de pie,hombro con hombro, mirando también el cielo.
Ninguno de ellos se volvió cuando Lyra y Harry y se les unieron en esa muda vigilancia.
Los minutos transcurrían con una lentitud insoportable. De repente, un leve susurro los sobresaltó, y todos se giraron para comprobar si se había movido algún arbusto o un árbol, con la esperanza de ver asomar entre su follaje, ileso, a otro miembro de la Orden.
De pronto, justo encima de sus cabezas se materializó una escoba y descendió como una centella.
-¡Son ellos! -exclamó Hermione.
Tonks aterrizó con un prolongado derrape, salpicando tierra y guijarros en todas direcciones.
-¡Remus! -gritó la bruja al mismo tiempo que se apeaba de la escoba. Tambaleándose, fue a abrazar a Lupin, quien, pálido y serio, era incapaz de articular palabra.
-¿Que hay de tu prima en algún grado? -se quejo Lyra sonriendo felíz de ver a Tonks.
Ron fue dando trompicones hacia Lyra, Harry y Hermione.
-¡Están bien! -balbuceó, antes de que Hermione se abalanzara sobre él y le abrazara firmemente.
-Creí... creí...
-Estoy bien, -dijo Ron, palmeándole la espalda-. Estoy bien.
-Ron estuvo genial, -dijo Tonks cálidamente, renunciando a su agarre sobre Lupin y acercandose para abrazar a Lyra-. Maravilloso. Aturdió a uno de los mortifagos, directo en la cabeza, y cuando apuntas a un objetivo móvil en una escoba en vuelo...
-¿Lo hiciste? -dijo Hermione.
-Siempre el tono de sorpresa, -dijo él un poco gruñonamente, liberándose- ¿Somos los últimos en volver?
-No, con suerte que llegamos a las diez personas... ¿O somos menos? -preguntó Lyra soltandose del abrazo de Dora.
-¿Que los retuvo? ¿Qué pasó? -dijo Remus.
-Bellatrix, -dijo Tonks-. Me tenía tantas ganas a mí como a Harry y a Nix, Remus. Intentó con empeño matarme. Desearía haber podido alcanzarla, le debo una a Bellatrix. Pero definitivamente herí a Rodolphus... Entonces llegamos a la
Casa de la tia de Ron y perdimos nuestro traslador y ella se excitó mucho, preocupada por nosotros...
-¿Y que les pasó a ustedes? -preguntó Tonks, volviéndose hacia ellos.
Volvieron a relatar las historias de sus propios viajes, pero todo el tiempo la continua la ausencia de Bill, Fleur, Ojoloco, y Mundungus parecía extenderse sobre ellos como escarcha, su mordisco helado más y más duro e imposible de ignorar.