Prólogo.

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Nota del autor: Bueno, estaba cansado de ver tan pocos fanfics sobre este novela ligera; hablando específicamente del idioma español. En serio, no saben lo molesto que es utilizar el traductor de google para leer las historias. Como sea, este es mi propio fanfic de classroom of the élite. Kiyotaka en esta historia tendrá confianza en sus habilidades y será un narcisista extremo, tanto que probablemente lo consideren hasta un poco moleste. Aún así, creo que la primicia principal es interesante, ya que el protagonista no se contendrá por diversas razones. En fin, lean e intenten disfrutar de esta cosa que salió de la nada.

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El suave sonido del motor era lo único que se interponía entre mi existencia y el inminente sueño que acechaba mis párpados. Honestamente, no creo haber dormido demasiado bien la noche anterior; desconozco la razón de ello, pero puedo hacer un par de deducciones y tal vez alguna de ellas sea acertada.

— Joven señor, estamos por llegar.

La persona conduciendo la limusina me dirigió unas cuantas palabras, con la intención de avisarme. Matsuo, ese es el nombre de esta persona; el ha sido mi mayordomo desde que la habitación blanca fue clausurada temporalmente, por algunas filtraciones de información al exterior. Ya saben, nada que ese hombre no pueda resolver con su gigante poder político.

Durante quince años he estado entrenando rigurosamente en unas instalaciones coloreadas de blanco, superando cada una las pruebas que establecían para mi con facilidad e imponiendo sobre las demás generaciones mi legado de éxito. Apartir de hoy, empieza mi examen de graduación como obra maestra del salón blanco. No tengo detalles al respecto, pero no tengo la intención de contenerme. Después de todo, yo fui creado para ser un gobernante y un lider, alguien cuya única responsabilidad para el futuro es la de manipular masas; no en el sentido gastronómico, hablo de personas.

— Aquí es, joven. La escuela metropolitana de educación avanzada; vivirá aquí por los próximos tres años y en cuanto se gradué estaré ahí para recogerlo, fueron las órdenes que me dio su padre.

— Cuídate, anciano.

Me despedí de la persona en cuestión con esas palabras poco ortodoxas, luego me bajé de la limusina. Pude notar que llamé la atención desde un principio, eso probablemente se deba al vehículo extremandamente lujoso del que me acabé de bajar. Las limusinas suelen ser usadas con frecuencia por personas de la alta sociedad, por lo que para cualquier alumno sería raro si alguien de su misma edad se baja de una de ellas.

— Joven, antes de irme me gustaría pedirle un pequeño favor. Si usted es complaciente conmigo, entonces me escuchará; si resulta no ser así, entonces simplemente guardaré mis sentimientos y me marcharé en silencio.

Eso es anormal. Matsuo nunca me había pedido nada directamente, aunque en muchas ocasiones había demostrado tener cierta confianza hacia el. No creo que se trate de cuestiones de dinero, de lo contrario hablaría con mi padre directamente sabiendo de antemano que yo no tengo ni un solo centavo en mi bolsillo; porque ni siquiera se me otorga capital o poder en primer lugar.

— ¿Qué sucede?

Incliné la cabeza con curiosidad y clavé mi mirada en el.

— Al igual que usted, hay una joven que aspiraba a entrar en esta escuela preparatoria; Nanase Tsubasa, ese es su nombre. Afortunadamente, ella logró entrar y cumplirá su sueño. Le suplicó cuide o por lo menos se mantenga al tanto de su situación, ella era una persona muy importante para mi hijo.

Ya veo, así que de trata de eso.

No tengo problema con ello, está bien ser misericordioso de vez en cuando. El hijo de esta persona murió en un accidente de tráfico hace unos cuantos meses, desde ese día no ha vuelto a ser el mismo y me trata con una formalidad mucho mayor. Posiblemente piense que fue de alguna manera orquestado por mi padre, pero lo dudó mucho. Ese hombre no hace nada que sea innecesario, no se interesaría en una familia de plebeyos.

Cote: Infierno Incoloro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora