Capítulo 11

1.8K 197 113
                                    

Nota del autor: No me fui tanto tiempo, estuve calculando y aparentemente fue solo un mes con algunos días. De todas formas, no creo que este sea el mejor capítulo que he redactado. Tenía planeado un par de escenas más, pero no quería alargarlo demasiado. No me siento del todo satisfecho con este escrito, siento que le falta algo, tal vez agregué algo más en un futuro. Me despido, hasta el próximo capítulo.

////

Los pétalos de algunos cerezos bailaron con suavidad adornando mi camino, siendo arrastrados por la leve brisa efímera de la madrugada. No he dormido demasiado, pero tampoco me siento especialmente cansado. Mientras caminaba sin ningún tipo de prisa, presté atención a mi acompañante: Nanase parecía mantenerse despierta por mera inercia, sus ojos tenían unas feas manchas negras coloreadas debajo.

Es mi culpa, claramente. Nanase probablemente no se esperaba una declaración amorosa a las dos de la mañana, además, sus sentimientos realmente pueden ser un lío en este momento. Puede sentirse o muy feliz, o muy agotada; aunque, probablemente se trate de una mezcla de ambos.

— Parece que no dormiste muy bien anoche, perdón por ello.

— Senpai, no tienes que preocuparte por eso...

Parece que ella hizo todo lo que pudo para responderme de forma adecuada, la somnolencia era notoria. Era algo adorable verla rascarse los párpados cada determinada cantidad de segundos, podría guardar cierto paralelismo con un cachorro recién nacido.

Hoy es lunes, el ciclo escolar ha comenzado nuevamente. Lo primero que tengo que hacer al llegar a la escuela es dirigirme al salón del consejo estudiantil, tengo que presentarme y conocer a los demás miembros. Honestamente, no estoy demasiado emocionado al respecto; aunque, es algo que podría sacarme de la rutina.

No hay muchos estudiantes por los alrededores, se trata de una mañana demasiado tranquila. Me siento bastante relajado y eso no me gusta para nada, puede que simplemente no esté acostumbrado a este tipo de sensaciones tan pacíficas.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

Nanase me miró de reojo y pidió mi permiso para realizar una cuestión. No estoy seguro del contenido de la interrogante, pero debería poder responderla adecuadamente si se trata de mí.

— Claro, adelante.

Asentí sin problemas, pero ella siguió mirándome con algo de duda. Nanase es sorprendentemente una chica que se preocupa demasiado por las pequeñas cosas, puede que sea interesante hasta cierto punto; pero eso solo hace reflejar y hacer más evidentes sus inseguridades.

— ¿Qué es lo que esperás de mí?

Supongo que es algo predecible. Nanase es inexperta y novata en el amor, nunca ha tenido o establecido una relación amorosa antes; por esa razón, resulta lógico que ella no sepa cómo actuar ahora, siendo mi novia.

Por supuesto, también está la posibilidad de que simplemente esté malinterpretando su pregunta, pero eso es poco probable si analizamos el contexto de la situación.

— Nada en especial. Creo que con que estés ahí, conmigo, apoyándome y acompañándome es suficiente.

— Ya veo...

— ¿Que hay de tí?

Mi respuesta puede parecer demasiado aburrida, así que decidí plantear la misma cuestión a mí novia. Tengo curiosidad por las necesidades que yo tengo que satisfacer para hacer de ésta relación prosperar. Mis intenciones son bastante claras, si es posible, incluso me gustaría que ella diera a luz a un par de herederos.

Cote: Infierno Incoloro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora