Cote: Infierno Incoloro.

Capitulo 1

Nota del autor: Capitulo corto de dos mil palabras está vez, no creo que pueda actualizar mañana. Aunque, sinceramente creo que nadie ha leído ésta historia aún, eso es lamentable. Seguiré desarrollando activamente los personajes, los lectores irán llegando si tengo paciencia; quiero creer en eso.

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La ceremonia de entrada fue de lo más aburrida, eso era algo obvió en primer lugar. Nanase siguió cada uno de mis pasos tal si fuera un cachorrito o una mascota, conversando y preguntandome un par de cosas ocasionalmente. Me agrada su presencia, ella es linda; además huele bastante bien, tal vez es un aroma floral. Puedo notarlo porque prácticamente nuestras manos rozan cada vez que damos un paso, no tengo ni idea del por qué estamos caminando tan juntos. Nanase parecia estar en su propio mundo; pero cuando era consciente de ello, se avergonzaba y caminaba detrás de mí; luego se repetia el ciclo.

Nanase propuso ir a la tienda de conveniencia antes de ir a los dormitorios, cosa que acepte con gusto. Cada uno siguió su propio caminó en cuanto entramos, no tenemos las mismas nesecidades claramente. Supongo que iré a comprar comida instantánea y fácil de preparar, no tengo mucha experiencia en gastronomía. De todas formas, tendría que aprender a cocinar pronto, no puedo comer siempre en algún restaurante o en la cafetería de la escuela; sería un desperdicio de puntos privados.

— Que desagradable...

Escuché el murmullo de una fémina a mi lado, sabía de quién se trataba. Era la chica que me llamó pervertido hace unas horas, parece que aún se acuerda de mí. Debo haber causado una impresión muy fuerte en ella, no puedo culparla si se enamoró a primera vista de mi; soy fisiológicamente perfecto después de todo.

— Lo siento, no puedo corresponder tus sentimientos.— Realize una reverencia y fui a otro pasillo. Escuche un grito de ira atrás de mí, pero decidí no prestarle atención.

— Oh, fideos instantáneos...

Mis ojos brillaron por un breve momento y agarre uno de los tazones. Nunca probé uno de estos en la sala blanca, estaba estrictamente prohibido de hecho. No estoy diciendo que la comida del salón blanco sea fea, simplemente seguía una dieta estricta.

— ¿Terminaste, senpai?

Nanase me encontró metiendo un montón de tazones de ramen a mi cesta, ella ladeó su cabeza con curiosidad.

— No creo que sea bueno comer tantos de esos, senpai. Incluso si no sabes cocinar, puedes optar por otra comida instantánea.— Nanase me recomendó, luego sacó atrevidamente algúnos tazónes de ramen de mi cesta de víveres. No hice nada para detenerla, eso porque probablemente tiene razón.

— Está bien, pero por lo menos déjame tomar este...

Por alguna extraña razón, pedí permiso para ello.

— De acuerdo, pero prométeme qué no vendrás a comprar más de estos a escondidas. Me enojare si lo hacés, senpai.

— Entendido.

Asentí monótonamente y mire con recelo a la chica. Luego, aprecié el tazón en mis manos agitandolo un poco para comprobar su contenido. Es bastante grande supongo, según las instrucciones aparentemente el ingrediente principal es agua hervida.

Observé a Nanase sin razón algúna, mire sus senos y luego los comparé con el tamaño del tazón. Tal vez los de ella sean un poco más grandes, pero puede que no se note por el uniforme escolar.

Nanase, por puro instinto, cubrió su pecho. Un suave rosado se extendió por sus mejillas, reprochandome mientras fruncía sus labios.

Parece que ella notó mi mirada. Nanase es sorprendentemente aguda si es capaz de identificar algúna intención detrás de mí rostro monótono. Aunque, quizás se traté meramente de una adivinanza de su parte.