Atrapado En Tu Locura (Omegaverse)

5. Madre.

Advertencia: no apto para todo público se recomienda discreción y si son débiles de mente no lean, además de que el creador de esto está mal de la cabeza.

¿Descansar?, realmente creía que podría descartar. Quería y deseaba un descanso pero sabía que entre más rápido atendiera este asunto más rápido llegaría su tan anhelado descanso, así que decidió ir a ver a Doona esa misma noche.

-Creo que ya estoy listo -hablo mirándose al espejo de cuerpo completo, había un estuche de maquillaje en su tocador lo cual era inusual pero le había pedido a su asistente que se lo comprara, tenía que tapar como sea la marca roja que había quedado en su mejilla-. Es hora de irme -su mirada triste se clavó en el piso, su única esperanza de salvar la empresa y que su padre no lo odiaria era está, casarse con Doona de una vez por todas.

-De acuerdo señor, ya prepare el coche -habló el asistente observando la mirada sería de su jefe- también revise los perímetros y no hay señal de ningún reportero.

Minho estaba parado frente al espejo y asintió con la cabeza a través del reflejo. Salió de su habitación, bajó las grandes escaleras que por los nervios que tenía parecían infinitas en un espiral que él pensó que jamás terminaría, antes de salir por la puerta grande escucho a su padre a lo lejos decir:

-Será mejor que no me causes otra gran decepción, si es posible trata de usar tus feromonas, después de todo para algo debes ser bueno.

Apretó sus puños con impotencia y no miró hacia atrás, dejando a su padre que seguía tomando.

Al estar dentro del auto miro por la ventana, al parecer su padre jamás estaría orgulloso de él y siempre lo menosprecia al igual qué los demás, lo que más le enfado fue el hecho de que haya hablado así de su madre.

Después de todo abandonado incluso sus sueños para convertirse en lo qué su padre quería que fuera, pero él, él amaba estar rodeado de libros, amaba crear historias pero, para su padre eso no era algo útil en la familia y más cuando lo comparó con Doona cuando ganó el primer lugar en un concurso que participaron los dos hace años.

-Señor hemos llegado -habló el chófer que con sorpresa se dio cuenta que también habían cámaras alrededor de la casa de Doona, tal parece que ellos sabían desde un principio lo que pasaría.

Cuando vieron llegar el auto de Minho fueron tras él como buitres.

-Señor Byun, ¿es cierto que adelantara su boda?

-Me podría explicar ¿por qué sus acciones bajaron tan rápido? -ni él lo sabía, lo último que supo es que todo estaba marchando tan bien y que de un momento a otro todo parecía conspirar en su contra.

Minho hizo una señal para que le abrieran el portón y poder pasar con su auto sin ningún problema, el portero al entender abrió lo más rápido que pudo y cerró inmediatamente las puertas sin dejar que nadie más entrará.

Pero como siempre, un reportero con su cámara entró entre los arbustos, caminando con sigilo para que no lo descubrieran y los siguió.

Al entrar a la gran casa le ordenó a su asistente que lo esperara en la entrada, sólo tenía que entrar y hablar con Doona.

En la sala las luces estaban encendidas, la noche se había asomado por las ventanas y comenzaba a hacer frío, ya no solo era el viento frío.

Doona lo están esperando en el recibidor, al verlo entrar, el ambiente extrañamente se puso más tenso, ella ya sabía lo que tenía que decir solo debería romper con él de manera cortante.

-Doona, me imagino que tú ya debes saber el porqué estoy aquí -sentado en el sofá que estaba frente de ella tuvo que tragarse su orgullo si quería continuar- yo no te pido que nos casemos ahora, solo te pido que me ayudes con esté problema y ya no voy a retrasar la fecha -su mirada se encontraba triste, la vio a lo lejos, ella lo ayudará sin duda.