4. Caída.

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Advertencia: Lenguaje fuerte y palabras que te romperán el corazón, si eres de mente sensible no leas, no me hago responsable.

-¡¿Qué son estos números?! -preguntó con sus cejas levantadas y con una voz de enojo-. No me digan que son tan idiotas como para no hacer bien las cuentas -estaba claro que estaba alterado y en su momento de enojo arrojó todos los papeles al suelo.

Había pasado un buen tiempo y las acciones estaban bajando lentamente en picada y nadie sabía la razón de ello.

Las personas que estaban en su oficina temblaban de miedo, jamás habían visto de esa manera a su jefe y el ambiente se enfrasco de un aroma fuerte, estaba claro que estaba expulsando feromonas para asustarlos y funcionaba a tal grado que empezaron a arrodillarse uno por uno.

¿Acaso estas eran las feromonas violentas de un verdadero Omega dominante?

-Señor, no hicimos nada ma.... -su voz sonaba titubeante, al salir esas palabras de su boca empezó a sudar frío y su ritmo cardíaco aumento e inmediatamente fue callado, lo sabía, sabía que si pronunciaba palabra alguna podría correr el riesgo de ser despedido.

-¡¿No les pagó para que hagan bien sus trabajos?! ¿Qué es este desempeño tan horrible? -empezó a caminar para quedar frente a ellos y los miro con superioridad.
Uno de los presentes intentó decir algo pero no se encontraba del todo seguro y Minho no estaba de buen humor para soportar inseguridades.

-¡¡No quiero más excusas y fuera de mi oficina antes de que pasé algo peor!!

-Pero... -otro intento hablar pero decidió cerrar su boca al ver esa mirada tan intimidante y volvió a agachar su cabeza- de acuerdo señor.

Empezaron a levantarse del suelo sacudiendo el polvo de sus ropas, temblando del miedo y aliviados de haber salido ilesos sin ser despedidos, mientras las feromonas seguían en el aire.

Su cabeza estaba llena de malas ideas, esto estaba yendo de mal en peor, los números cada vez eran más bajos, como si alguien estuviera robando información o peor aún robando el dinero, pero ¿quién haría tal cosa?

Se sentó violentamente sobre la silla, colocó sus codos sobre su escritorio y recargó sus manos sobre su cabeza, estaba estresado y tenía que pensar en una buena idea para que todo se compusiera.

Todo estaba sucediendo de una forma rara, era como si alguien estuviera infiltrado.

-Un topo -pronunció la palabra luego de que la idea cruzara por su cabeza- ¡eso es! ¿Como no lo había notado antes? Aquí hay un infiltrado, pero ¿quién podría ser? -su mente empezó a inundarse de preguntas sobre quién podría ser el infiltrado, pero algo interrumpió sus pensamientos.

-Parece que aquí hubo una gran batalla, el ambiente no parece el mejor -habló un castaño irrumpiendo en la oficina del Omega.

-¿Qué haces aquí?, ¿no ves que estoy de mal humor como para lidiar contigo? -en su voz quedaban rastros de que seguía enojado.

-Relajate, solo venía a decirte que mi propuesta sigue en pie -su voz sonaba serena- además, quería ver tu bello rostro -ahora su voz sonaba coqueta.

-Me sigo preguntando, ¿cómo logras ingresar aquí si está prohibida la entrada para ti? -hablo en tono curioso pero aún furioso.

-Bueno, verás, yo...

-¿Sabes? ni me respondas o, harás que tenga otro dolor de cabeza -hablo con fastidio- será mejor que te largues de una buena vez, no estoy para aguantar tus tonterías.

Chá al verlo en ese estado, tan deplorable y al mismo tiempo con una expresión molesta lo hizo sentir ansioso, al parecer el plan de "Atrapar al hada" estaba dando resultados, y muy pronto podría recoger los frutos.

Atrapado En Tu Locura (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora