18. Embarazo

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Advertencia: Este contenido, contiene bla, bla, bla, ya me aburrí de escribir advertencias, necesito nuevas ideas, no soy tan creativo como aparento. :'v

Despertó de su siesta; algo adormilado dirigió su vista a su vientre, el tiempo había pasado rápido, a pesar de tener dos meses su vientre no había tenido muchos cambios a simple vista.  

Dio un gran bostezo por la corta siesta que tomó y volvió a sentir la grave necesidad de salir a tomar aire fresco, no soportaba estar encerrado entre las frías paredes de esa enorme casa, se sentía sofocado cada día más.

Quería salir, pero antes de que pudiera poner un pie fuera de esa casa, era detenido por las mucamas. 

—Llevo aquí encerrado por casi 3 meses —contesto exaltado.

—Lo sentimos Señor Byun, pero son órdenes del Señor Chá —dijo una de ellas inclinando su cabeza.

Siempre era detenido por las mismas personas, no importaba si trataba de disfrazarse o hacerse pasar por otro empleado, siempre lo detenían un minuto antes de salir al exterior.

—¿Lo sienten? Estoy seguro de que no —dijo y cruzó los brazos—. ¿No sabe que estoy sufriendo de ansiedad por estar aquí todo el día…? 

—Pero…

—Pero nada, si yo sufro de ansiedad el feto que llevo dentro también puede sentirlo —puso su mano en su vientre y siguió intentando que le hicieran caso.

Minho estaba tratando de negociar con el bienestar del bebe que tenía adentro para poder tener un poco de aire fresco.

La otra mucama quien era de personalidad tímida, estaba cediendo ante la presión de Minho y solo pudo pedir perdón por ser una molestia con una nerviosa mirada clavada en el piso y voz baja.

—Señor Minho, lamento que no pueda salir —habló la otra mucama de carácter más fuerte y evitó que su compañera de trabajo tuviera que mantener su cabeza agachada—. Nosotras como empleadas del Señor Chá solo seguimos sus órdenes, si usted sufriera un terrible accidente estando afuera, sería nuestra culpa por dejarlo salir.

Minho no hizo más que rechinar sus dientes por el enfado. 

Siempre era lo mismo. El señor Chá esto, el señor Chá aquello. No podía tener un día sin que lo nombraran, y lo peor era que eso lo alteraba más.

"¿Acaso jamás volveré a respirar aire fresco afuera?"

Densas lágrimas bajaron por su rostro como si de un niño regañado se tratase. Se fue corriendo pensando que nadie podía entenderlo.

Las mucamas no tenían otra opción que resignarse a esta escena, el señor fue muy específico, su único deber era cumplir con los antojos del señor Byun y no dejarlo salir por el temor de que pudiera perder al bebé.

El Omega enojado y llorando, se fue al lugar al que siempre iba cada vez que se sentía mal.

Abrió de un fuerte golpe el armario donde el alfa guardaba su ropa y se metió. Por alguna extraña razón desde que su embarazo avanzó, se volvió propenso a las feromonas de Chá.

Estar entre todas las prendas limpias del alfa y sentir sus feromonas, lo hacían sentir seguro, en calma y bien protegido.

Solo en ese momento podía razonar bien las cosas y continuar enojando por la culpa de Chá y su absurda sobreprotección.

Desde la primera semana que se quedó, el alfa había estado atento y habían salido 3 veces para saber cómo iba el embarazo, el feto mostraba estar estable y después de llegar a casa el exigente alfa tomaría su cuerpo toda la noche, sin poder dejarlo dormír.

Atrapado En Tu Locura (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora