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Una chica de cabellos grises se encontraba sentada en la silla frente a la mesa donde está su computadora.
Se coloca sus cascos/audífonos en los oídos, y comienza a reproducir sus canciones favoritas para inspirarse
Mientras tanto, trata de dibujar un poco en una hoja en blanco, aunque esta a pesar de haber pasado ya varios minutos, realmente no estaba muy diferente comparada al inicio
Unos garabatos por aquí y por allá mientras trataba de concentrarse en la melodía que escuchaba
Finalmente, tomó la hoja, la estrujó lo más fuerte que pudo en ese pequeño impulso de molestia, y la arrojó al cesto que tenía justo al lado.

Simplemente estaba vacía, sin ideas. Entonces se le ocurrió que como siempre, lo mejor sería simplemente descansar un poco sobre su cama.

Suspira levemente y se levanta del asiento, para inmediatamente sentarse en el borde del cómodo mueble. La sensación del suave colchón la hizo relajarse un poco.

Detestaba esos momentos en los que se supone que debía hacer algo, pero no podía. Ya estaba cansada de estudiar por simplemente no tener nada mejor que hacer a parte de eso. No es del tipo de personas que disfrute salir, o al menos no con otras personas. Tampoco quería estar rodeada de mucha gente, estuvieran acompañándola o no, pero eso no la limitaba de hacer sus deberes fuera de casa, como ir de compras o algo; simplemente se limitaba a salir solo cuando fuese necesario.

Envuelta en sus pensamientos, se recuesta lentamente en su cama. Recordando que aún tenía sus audífonos/cascos puestos, trató de escucharlas, aquellas voces que sentía diariamente, para tratar de sentirse menos sola? Tal vez.

"Si realmente te sientes sola, ¿por qué no sales con alguno de tus compañeros?"- Comenzó la conversación la albina.

"En pocas palabras, la gente da miedo, ¿sabes? Nunca sabes lo que puedes encontrar allí afuera"- Respondió calmada.

"Está bien así Haru. Déjala hacer lo que quiera. Después de todo, nos sigue teniendo a nosotras, no es como si estuviera sola, ¿cierto?"- Ahora habló la de ojos rojos.

"Aunque no podemos estar del todo aquí, nos tendrá siempre, ¿verdad? ¿No nos dejará en el olvido?"- Expresó con preocupación la ojiceleste.

"Tampoco es como si pudiera sacarlas de mi cabeza, pero no es que quiera, o al menos no del todo. Están aquí casi desde que tengo memoria. No sería fácil dejarlas, tanto por el aprecio que les tengo como por lo difícil que debe ser sacar este tipo de cosas de la mente de alguien. . ."- Terminó la corta conversación Haruka

Se quedaron de esa forma durante varios minutos, hasta que la de cabellos grises cerró los ojos. . . Estaba a salvo allí.

Chapter One: EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora