– Lo siento amigo, pero creo que bateamos para distintos lados– Saitama jamás imagino que aquella respuesta sería el fin de su relación con su alumno y amigo.
– No me gustan los hombres, me gusta sensei– se declaró nuevamente el rubio.
– Mira Genos– suspirando– a mí no me gustan los hombres y tampoco tú...– aclaró consiliadoramente, no esperaba que su pupilo llegase a desarrollar aquel sentimiento por él, los apreciaba pero no los necesitaba, lo único que lo mantenía con vilo, era su camino de héroe y encontrar a alguien fuerte, nada más.
– Comprendo sensei, disculpe si lo molesté– exclamó apenado el joven.
– Nah, no te preocupes viejo, solo procura porque las cosas sigan iguales.
No dudaba que Genos lo había intentado, él rubio procuraba por seguir la rutina, pero lo había percibido más callado, más absorto y un poco desganado. Los gestos humanos que poco a poco había recuperado, se iban perdiendo... ¿se debía a su rechazo?, ignoró aquello por unos tres meses, pero ya abatido por la amargura del otro, decidió tomar cartas en el asunto. No obstante, antes de empezar, observó un cambio positivo en su estudiante.
En algunas ocasiones cuando Genos miraba su móvil o contestaba algunas llamadas, se sonrojaba y sonreía levemente. Ese hecho le tranquilizó pero al mismo tiempo lo hizo sentir extraño, como si lava ardiendo se estuviera desbordando dentro de su estómago.
La sensación incrementó cuando el menor iba constantemente a realizarse actualizaciones que duraban entre tres o cuatro días, eso no le molestaba, le enojaba era que llegara con su cabello húmedo y oliendo a un aroma diferente al shampoo que tenían en casa. Fue en ese trajín de emociones que se cumplieron cuatro meses y ya no estaba dispuesto a permitir que su alumno le tuviese secretos.
– Genos... quisiera preguntarte algo...
– Claro que si sensei, pero no ahora, recuerde que debemos ir a la reunión de héroes convocada por la Asociación.
– Oh si, es verdad, entonces andando.
Tanto en el recorrido como en la Asociación, aún pensaba la forma en abordar a Genos, pero el joven observó su celular y luego a todo el público, como si buscara a alguien.
– Disculpe sensei, voy al baño.
– Mhm, si– eso le sonó como a una tonta disculpa para escaparse y con una extraña amargura, optó por seguirlo. O tuvo mucho cuidado o Genos estaba muy inquieto ya que sus radares no parecieron alarmarlo. Se escondió tras una pared al ver que el rubio se reunía con alguien, no lo identificó bien hasta que el hombre habló:
– Tardaste– reclamó el hombre.
– Sabes que estoy con el sensei, no es fácil escaparme.
– Tsk... ¿cuándo podemos dejar de vernos a escondidas?
– Amai, ya hemos hablado de esto.
– Si y por eso no lo entiendo... Genos te quiero y deseo que podamos estar tranquilos, por favor, ven a vivir conmigo.
– ¡ A... Amai!– expresó sorprendido.
– ¿Entonces, qué dices?– consultó ansioso.
– Yo... está bien, me iré a vivir con...
Supo que el rubio lo había identificado y por eso se había quedado callado, tal vez su radar mostró el peligro en aquel momento, porque sería capaz de acabar a ese héroe adonis de un solo golpe.
– Así... que... aquí estabas, Genos...– pronunció arrastrando las palabras de la furia que tenía.
– Se...sensei, ¿qué hace aquí?- inquirió mientras veía que su pareja lo ponía a su espalda.
– Yo debería hacer la misma pregunta, y añadiría, ¿qué haces con él?- mirando con molestia al idol.
– Sensei... debemos hablar.
– Los tres– añadió Amai mientras tomaba la mano del menor para darle fortaleza.
– Genos, dile a este que no se meta en nuestros asuntos de estudiante y maestro– ordenó con enojo el calvo.
– Pues si es por título, usted es el que no se debería meter entre los asuntos de MI NOVIO y yo– sonrió con superioridad.
– Ya basta los dos– intervino el cyborg seriamente para evitar algún enfrentamiento- los tres hablaremos, pero luego de la reunión... con su permiso, sensei– dijo el rubio mientras se llevaba a su pareja.
– Genos– lo llamó el calvo mientras le tomaba fuertemente el brazo. El rubio lo miró con tristeza y tan solo agitó su cabeza en negación. Su estudiante había entendido su mirada, con ella le había preguntado un "¿aún me amas?", pero la negación del blondo lo rompió por dentro... lo había perdido y todo lo que habían construido juntos.
Fue así que luego de la reunión, los tres se encontraron en la cafetería de la Asociación y dejaron las cosas claras. Amai había llegado a la vida del rubio para no dejarlo sucumbir ante la tristeza de su rechazo y fue inevitable para ambos enamorarse. Iba a negarse a considerar aquella relación pero las palabras de Genos fueron contundentes " si en verdad me aprecia como su estudiante y quiere mi felicidad, aceptará y me dejará hacerlo"; realmente entre líneas le había expresado " ya es muy tarde para que me correspondas, déjame ser feliz".
Lo había aceptado momentáneamente, no veía futuro en esa relación pero no supo lo equivocado que estaba. Fue un año después, que en un show en vivo, el peliazul le pedía matrimonio a Genos. Todos los canales de noticias hacían aquella transmisión, esperando la respuesta del cyborg.
– Acepto.
En aquel departamento completamente solo, se permitió llorar. Sentía como si un kaiju estuviese destruyéndolo desde las entrañas, su llanto era agónico como el bramido de una bestia lastimada. Su terquedad le había llevado a darse cuenta que la presencia de llenos le había puesto color a su insípida vida y que él mismo rechazó cada pincelada cromática al no corresponderle.
– No... No... ¡¡ No!!– gritando de dolor.
– Sensei.... Sensei... – escuchaba como el rubio lo llamaba– ¡ SENSEI, DESPIERTE!
– ¿ Eh?– abrió con dificultad los ojos, sintiendo como estos estaban húmedos.
– ¿Está bien, sensei?, ¿tuvo una pesadilla?– preguntó con preocupación el rubio, pero se sorprendió cuando su maestro lo jaló de un brazo y lo ubicó bajo su cuerpo en el futón– se...sensei– expresó sorprendido y sonrojado.
– ¿ Genos, me amas?– consultó con voz ronca, aún afectado por su sueño.
– Yo... lo amo sensei– desviando el rostro– ¿cómo lo supo?... no pretendía contárselo.
– Está bien– acariciándole el rostro– mañana empezaremos a tramitar nuestro matrimonio.
– ¡¿ Qué?!– casi que gritó el menor, anonadado por la insólita propuesta– sensei, ¿todavía está dormido?
– No lo estoy– gruñó- solo no quiero darle largas a algo que pasará tarde o temprano– dijo con franqueza, tal vez ese sueño había sido una premonición para que no se equivocara, no lo sabía, pero consideraba que era "mejor prevenir que lamentar".

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Cotidianidad
FanfictionSerie de drabbles donde se relata la cotidianidad de Genos y Saitama en distintos escenarios y reflejando acciones comunes de convivencia. Aclaración: algunos drabbles contienen lemon. Los personajes de OPM pertenecen a ONE.