Cotidianidad

Hogareño

Nota: Hello a todos y todas, un fic rápido que me surgió escuchando esta canción y haciendo mis oficios del hogar.  

Espero que les guste este super romántico y diabético cap.  Besos para todos y todas y un feliz domingo¡¡

***La canción que abordará el fic, toda todita la cantará Genos, así que imaginen a ese bombom cantando con su melodiosa voz***

*** Alerta de Kaijin para todos los héroes **

– ¿ Es enserio?– exclamó Saitama mientras se cubría la cabeza ante el pitido de la alarma de la Asociación.

– Si sensei, al parecer, nivel de desastre dragón.

– ¡¿ Pero por qué carajos un domingo?!, quería quedarme jugando y leyendo mangas.

– Concuerdo con usted sensei, hoy también debo lavar y tender ropa, además, de lavar el baño y hacer limpieza– se quejó.

– Mmm... eso suena más importante que lo mío– suspiró– yo iré.

– Pero... sensei...

– ¿No confías en mi fuerza?

– Claro que confío– respondió prontamente.

– Entonces conmigo es suficiente– sonrió leve– ¿necesitas que traiga algo?

– Un poco de carne estaría bien.

– Bien, entonces me voy.

El pupilo observó cómo su maestro organizaba su uniforme, su capa y finalmente se ponía las botas rojas. Lo acompañó hasta la puerta y le susurró un: – " ten un buen día, sensei"; el cual, fue correspondido con un gesto de despedida por parte del mayor.

Había visto en internet que cuando dos personas convivían juntas, al momento de que la otra persona partiera a realizar su trabajo, la que quedaba en casa debía despedirlo. Sin embargo... el cyborg había ignorado completamente el contexto romántico de esa publicación.

– Bien, ¿con qué debería empezar primero?– inició su monólogo. Aprovechando que estaba solo, prendió el parlante y sintonizó uno de sus gustos culposos... la música romántica, el otro gusto culposo, ya se había marchado a combatir monstruos.

Amaba escuchar música mientras hacia los oficios, solo que no lo hacía con el sensei presente: primero porque no quería molestarlo y segundo, porque le daba vergüenza. Fue así que comenzó a cantar mientras prendía la lavadora y la ponía a llenar.

– nee hayaku kaette kite ne/ Hey, ¿podrías regresar a casa pronto?

Tomó la cesa de ropa y comenzó a separar la ropa: la delicada, la de lana, la blanca y la negra; ahora que observaba, su maestro no tenía más camisillas, luego le compraría tres de varios colores para que tuviera variedad.

Sonrió al revisar los calcetines, había un par con el dedo roto; los botó a la basura y anotó en su mente que también debía comprarle otros, es más, le sorprendía que hubiese ropa que aguantara la abismal fuerza de su maestro.

– tameiki ga mikazuki wo yurasu yoru wa/ En la noche donde mis suspiros mecen la luna creciente.

me wo tojite kimi no koto kangaete bakari/ cierro los ojos y solo pienso en ti.

aitai kibun nakitai kibun romantic night kibun/ con ganas de verte, quiero llorar, siento el romanticismo.

Luego de poner a lavar la ropa, se acercó a tender los edredones y sacudir los estantes. Había cosas que debía limpiar con sumo cuidado, como las figuras de colección que había ganado Saitama, o los mangas especiales que le había regalado King. Ahora que lo reflexionaba, no le había regalado nada así a su maestro, pero lo haría. Le regalaría un llavero en forma de figura para que pudiera organizar las llaves y no las dejara caer cada vez que abría la puerta.