Azul

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Nota: hola a todos y todas, este cap es inspirado en la canción Gunjou de Yoasobi, la cual irá apareciendo en la narración.   Recomiendo escuchar mientras se hace lectura.



– Como veo que te has hecho más fuerte, desbloquearé tus memorias, Genos.

– Dr, ¿cree que me he vuelto fuerte?- indagó Genos.

– Si, te has vuelto fuerte, pero más que nada mentalmente y por eso he decidido desbloquear parte de tus memorias.

– ¿Cree que tener una mente fuerte pueda ayudar a la fuerza física?

– Genos- comenta el galeno mientras sonríe- por mucho poder que tengas, sino tienes una mente fuerte, puedes caer en algo corrupto, es muy importante que sigas tus ideales.

– Comprendo- expresó- " El sensei es una persona fuerte tanto en mente como en cuerpo, cada día lo admiro más"- pensó el cyborg.

– Genos, te pondré una tarea.

– ¿Cuál?- consultó curioso.

– Que realices alguna actividad que te gustaba antes de ser un cyborg- acotó con amabilidad.

– Si Dr, le aseguro que lo haré.

Con aquella promesa, Genos partió de nuevo a casa. No se sentía extraño ni mucho menos tenía una lluvia de recuerdos, sin embargo, él de niño tomando el pincel era una remembranza recurrente en su mente.

Antes de volver con su maestro, decidió sentarse en un parque alejado de la morada. Ocupó una de las bancas y desde allí detalló a los infantes saltando, sonriendo, gritando... tanta energía. Fue de pronto que un rápido recuerdo vino a su mente, de un hombre y una mujer tomándole la mano mientras se alejaban de un parque... supuso que eran sus padres, pero aún no recordaba bien sus rostros.

Optó por continuar, aún debía hacer el almuerzo, no quería interrumpir la rutina estricta de horarios para la alimentación de su sensei. Compró algunas cosas y finalmente llegó a casa.

– Sensei, estoy en casa- avisó.

– Oh Genos, bienvenido– dijo el mayor desde la sala mientras veía Tv.

– Estaré en la cocina si me solicita, sensei.

– De acuerdo.

Empezó a lavar los alimentos y a cortarlos para realizar una sopa de miso, sin embargo, mientas ponía el agua a hervir, nuevamente lo atacaron algunas imágenes de su pasado. En esta, aparecía un hombre de cabellos albinos y unos espectaculares ojos dorados, el cual sujetaba la mano de un pequeño rubio mientras le enseñaba a pintar. Tras ellos una mujer delicada de una cabellera oro, sonreía mientras preparaba el almuerzo, una escena bastante acogedora que lo comenzaba a abrumar. Estaba tan absorto, que no se había dado cuenta que el agua de la sopa se estaba regando.

– ¡ Genos!- llamó Saitama- ¿ estás bien?, te estoy llamando hace rato, el agua se está regando.

– Oh, lo lamento sensei- dijo apenado mientras organizaba el desastre que causó por su descuido.

– Nah, está bien– le tranquilizó, sin embargo, le parecía bastante extraña la actitud despistada de su alumno.

El resto de la tarde y noche, todo pasó como de costumbre; compartieron alimentos, vieron algo de Tv y se fueron a dormir cada uno en su futón, empero, tanto los leves recuerdos como las palabras del Dr llevaron a Genos a tomar una decisión... compraría utensilios para pintar y lo haría como en antaño.

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