Termino la hora de la siesta, voy bajando de las escaleras hacia el comedor. Todos estaban merendando entre charla y risas.
Melina: — ¡Ah! Al fin despertó la bella durmiente. ¿Descansaste? — Dice algo animada.
Catalina: — Si, pero rara. Veo que se levantaron con mucha energía.
Sabrina: — Si, recordábamos viejos tiempos.
Támara: — Hablamos de nuestra adolescencia. De las infinitas cagadas que nos mandamos y que Sergei, estaba ahí para cubrirnos.
Catalina: — Si y se ligaba los retos culpa de nosotras. — Digo con una sonrisa recordando eso momentos.
Sergei: — Yo solo me ligaba el reto, pero ustedes tenían el castigo. — Al terminar de decir todos nos empezamos a reír a carcajadas.
El castigo para nosotras no era normal que nos quitaban el teléfono o no nos dejaban salir, era no poder participar de los negocios de nuestro padre para aprender el día que nos tocara manejarlos y por su puesto, también era no entrenar con todo tipo de armas y entrenamiento físico.
Catalina: — Bueno yo me voy a mi casa. — Digo sin vueltas.
Melina: — Quédate a merendar y después te vas. — Dice firme.
Catalina: — No, me voy Elías me debe estar extrañando. — Digo apresurada.
Melina: — Esta bien. Mándale un beso de parte de su tía favorita. — Me dice con la mirada fija.
Támara: — Querrás decir de su "tía favorita" que soy yo. — Dice aclarando.
Sabrina: — Chicas, es obvio que soy yo. — Dice sin dudarlo.
Sergei: — Y de parte mía también. Por suerte no tengo que pelear. — Dice muy seguro. — Me retiro dando una sonrisa algo forzada, me siento algo rara no se qué me pasa. — A la salida bajando por las escaleras, escucho la voz de Melina que me detiene.
Melina: — ¡Catalina! ¡Espera! ¿Qué te pasa? — Me dice dándose cuenta de que algo me pasa. — Me doy la vuelta y la miro.
Catalina: — Nada, no me pasa nada. — Digo tratando de esconder lo que realmente me pasa.
Melina: — No te creo, se que te pasa algo y me preocupa. — Me dice segura y firme.
Catalina: — No se, me siento rara nada mas. — Digo mirando para un lado.
Melina: — ¿Sabes que podes confiar en mi y que podes contarme lo que sea?
Catalina: — Si, lo se. Cuando averigüé lo que pasa te hablo ¿sí? — Le digo sin vueltas. — Ella me queda viendo por unos segundos me da una pequeña sonrisa de lado y se va.
Subo a la camioneta, donde me espera mi chofer y algunos guardaespaldas. En el camino solo miro por la ventanilla, no se que me pasa no pienso en nada, de repente escucho una voz en mi cabeza muy conocida pero que no tendré la oportunidad de volver a escucharla nunca más. Era su voz, la voz de mi papá. Viejos recuerdos de mi niñez vienen a mí.
FLASHBACK
Ya a pasado un mes de que el señor Vladimir nos tiene en su casa, la verdad no se que pasara de acá en el futuro o que nos espera de nosotras, solo somos niñas rebeldes con carácter. No conocemos nada de él, solo su nombre y que es ruso. Al principio, vivíamos casi en cautiverio por el miedo que teníamos hacia él , no hablábamos al menos que nos preguntara algo o nos dirigía la palabra. Después de un mes, ha mejorado nuestra relación con él, aunque todavía le tenemos algo de miedo, actúa muy raro y su presencia es fría y seria. Por un momento, pensé que podría convertirse en nuestro "papá", pero no lo se, tiene una actitud muy peligrosa podría hacer cualquier cosa con nosotras o no, no se porque todavía estamos acá ni con que fin.

ESTÁS LEYENDO
Las Cuatro Reinas
RomansPasaron por el peor infierno en el orfanato "Las Tres María", cuando lograron escapar se chocaron con la cruel realidad vivían a su suerte en la calle actuando como criminales, robando lo que podían para sobrevivir. ¿Qué pasará cuando le roban a una...