He vuelto al pasado...

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Su papá le había devuelto el abrazo, pero parecía preocupado, su hija tenía 17 años y siendo alfa, este comportamiento no era normal

—Raquel, que te sucede hija— en eso se percató de unas lágrimas saliendo de los ojos de su pequeña, no entendía que le sucedía a su Raquel

—nada papá... nada— decia con un nudo en la garganta, no podía creer del sueño tan maravilloso que estaba teniendo

—Raquel no me mientas—!

—nunca fui capaz de ocultarte nada...— decía nostálgica, había teñido sueños lúcidos, pero esta vez se sentía eternamente —ven siéntate—

—Raquel...—

—papá, te extraño tanto, no sabes la falta que me hiciste, lamento tanto no decirte todo lo que te quería mientras estabas vivo, ni siquiera pude decirte la gran noticia— su papá se veía desconcertado, pero la dejo hablar

—¿y cuál es esa gran noticia?—

—Elisa... mi esposa, estaba embarazada, de nuestro primer cachorro, así que ahora te entiendo muy bien, gracias por haber estado para nosotros y no sabes cuantas veces quise ir a verte para preguntarte cómo hacer tal cosa— las lágrimas la volvían a traicionar, era un alfa, pero esto era un tema que jamás se pudo sanar

—mi pequeña— sin más la abrazo, un abrazo sincero como los de antes, no sabía cuanto extrañaba aquellos abrazos

—lo siento, ya tengo 30 años, y aun así me sigo comportando como una niña pequeña junto a ti—

—30 años?— preguntó

—si, mi hija mayor tiene 10 años, los cumplió hace una semana se llama Alex, a tu honor papá. Hace 11 años que moriste... increíble, no? Y que recién tenga un sueño lúcido contigo— decia apoyándose, su papá se llamaba Alexander, aunque ella quería colocarle Alexandra a su hija, Elisa se negó, al final se decidió por Alex

—Que tanto hacen ustedes dos! Vamos, si no todos llegaremos tarde— entraba bruscamente su madre, que se notaba completamente enojada hasta que vio la cara de su hija, ambas pueden ser muy alfas para sus asuntos, pero cuando se trata de sus cachorros cambiaban drásticamente

—Raquel que te sucede? Por qué lloras?— pregunto aquella mujer, estaba demasiado seria, su hija había resultado muy parecida a ella, no lloraría por cualquier cosa, era una alfa idiota como ella

—Madre, se me había olvidado aquel brillo que tenías en tus ojos, madre te quiero— decía antes de abrazarla

Después de la muerte de su papá, su madre jamás se recompuso, su vida parecía apagarse y unos 3 años después de sufrimiento murió

—Raquel que cosas estás diciendo? Estas bien? Alexander la deberíamos llevar al hospital? Que dices?— pregunto a su marido

—ella piensa que está en un sueño lúcido— dijo en voz alta

Eso confundió a Raquel, como que creía? Era! Un sueño lúcido no? —papá es un sueño lúcido, es imposible que estés aquí conmigo, moriste hace 11 años—

—cariño hace 11 años tenías 6 años... y en ese tiempo tu papá estaba embarazado de tu hermana y para tu desgracia ella está vivía y coleando— decía con una sonrisa sarcástica

—ni en mis sueños puedes dejar de ser tan sarcástica, no? Realmente no sabes lo que te extrañe, hubieran sido unos grandes abuelos ustedes dos— en eso se tropezó con una prenda tirada en el piso

—maldición eso si que dolió— dolor... algo que no debería sentir, vio sangre en su mano

"Pero que mierda? Esto es imposible no importa que tan lúcido sea un sueño, no podría sentir dolor ni menos sangrar"

—esto no es un sueño ¿verdad?— sabia la respuesta, pero no deseaba que fuera cierto

—cariño... vamos al hospital, ok?— decía su madre realmente se veía preocupada

—no, esto no puede ser real, estoy segura que volveré pronto, es imposible que...—

"Viajará en el tiempo... verdad"

—Raquel es mejor que vayamos al— esta vez lo dijo su papá

—no es necesario, si quieren pruebas, puedo dárselas, aunque será más tarde, debo ir a mi antiguo colegio, si yo volví... tal vez Elisa— su amada Elisa, la persona que le dio a sus amadas hijas, su compañera... aunque actualmente no estuvieran en los mejores términos, no podía negar que aun amaba a su esposa

—pero Raquel—

—soy un adulto, y se que me internarán si voy, y no lo puedo permitir, debo seguir haciendo las cosas que hice para que mis hijas puedan existir... ustedes deben entenderlo, mis hijas son todo, mi motor, mi luz, mi razón para vivir... sin ellas yo—

"No puedo perderlas y menos si todo esto es mi culpa"

—Raquel... está bien, pero más tarde hablaremos, y eso no es debatible, ok?— la ahora joven Raquel solo asintió con la cabeza

Tal vez esta era una nueva oportunidad, para darle a su familia un nuevo futuro... pero era arriesgado cambiar las cosas