Mar
Quedaba media hora para la cena. Me había cambiado hace unos minutos para estar ya lista, no quería llegar tarde. Iba por el pasillo que daba hacia el vestíbulo hasta que oigo que alguien empieza a llamarme detrás de mí y me giro para ver quién es.
-¡Mar! –dice Mario corriendo hacia mí-
-Hola, Mario. ¿Qué pasa?
-Gracias a Dios que sigues aquí. –dice poniendo una mano en su pecho intentando respirar más lento- Se me había olvidado que he venido andando y la cena es en un restaurante bastante lejos de aquí...
-Quieres que te lleve. –le interrumpo y él me mira con una sonrisa forzada- No hay problema, Mario. –digo riéndome-
-Gracias, gracias, gracias. –dice abrazándome-
-No es nada. Vamos, tengo el coche en el aparcamiento.
-¿Te han mandado la ubicación del restaurante? –me pregunta mientras vamos hacia el vestíbulo-
-Sí, me la ha mandado Vicente hace un momento.
Llegamos al vestíbulo y veo que está abarrotado de gente. Estaban todos los jugadores y trabajadores del club.
-¡Hola chicos! –dice Alicia viniendo hacia nosotros-
Ella llevaba unos pantalones blancos y una americana negra cerrada. Ahora me arrepiento de no ir más arreglada.
-Hola, Alicia. Vas muy guapa. ¿Verdad, Mario? –digo mirándole, pero él estaba embobado mirándola- ¡Mario! –le doy un codazo y de repente entra en razón-
-¡Ah! Emm... Sí. Vas muy guapa, Alicia. –dice rascándose la nuca-
-Gracias, vosotros tampoco estáis nada mal. –dice ella sonrojándose-
-¿Te vas con tu hermano, Alicia? –le pregunto-
-Sí, pero llevo esperándole 20 minutos y aún no aparece el muy pesado. –dice con cara de pocos amigos-
-Estará cambiándose, hace poco que habrá terminado las pruebas. No le quedará mucho, tranquila.
-Eso espero. Si no, estoy viendo que me voy andando.
-Mira, justo viene por ahí. –dice Mario señalando a Eric que venía ya hacia nosotros-
-Mario. –dice Eric dándole un abrazo de machote- ¿Qué tal, tío? Hace mucho que no hablamos.
-Ni que lo digas, tenemos que ponernos al día.
-Te invitaré a un café esta semana. –dice por último y me mira a mí- Hola, Mar.
-Cuanto tiempo, Eric. –digo riéndome y él me da un abrazo-
-Hola, mi querida hermanita. –dice revolviéndole el pelo a Alicia-
-¡Eric! –dice peinándose de nuevo- Que oportuno que eres, de verdad.
-Yo también te quiero. –dice mientras Mario, él y yo nos reímos-
Me hace mucha gracia la relación que tienen estos dos hermanos. Se preocupan el uno por el otro, pero no paran de chincharse.
-¿Estás lista para irnos? –le pregunta Eric a su hermana-
-Desde hace media hora. Venga que luego tardamos horas en buscar aparcamiento.
-¿Vosotros os vais juntos? Puedo llevaros si queréis. –dice mirándome-
-No te preocupes, ya vamos en mi coche. –digo mientras salimos del edificio-
-Bueno pues entonces nos vemos allí. Te espero en la puerta, Mar.
YOU ARE READING
¿Cuántas posibilidades habrían?
Romance"Siempre hay alguien que estará para apoyarte. Y si no lo crees, aquí estoy yo."