La desición

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Una semana había pasado, una semana sin verla, sin escucharla, sin saber siquiera como estaba. 

Excusas y más excusas, nada convencía a Franco, él sabía, presentía que algo le ocultaban, algo grave había pasado con Sara el día más maravilloso y fatídico de su vida.

¿Vergüenza? ¿Arrepentimiento? ¿Enojo? ¿Desilusión? ¿Qué le pasaba a Sara? ¿Por qué se negaba a verlo? 

Franco no dejaba de pensar en ese día, en  lo mágico y maravilloso que había sido, tal vez el lugar no era lo que él se había imaginado para ella, su amor, pero no sé arrepentía ni por un instante, a pesar de lo casual del momento Franco cuido de los detalles, de que fuera tan mágico como le fuese posible, de demostrar en ese acto todo lo que sentía por Sara, de que ella se sintiera cuidada, protegida y sobre todo amada, él sabía con claridad que era la primera vez para Sara, que ella nunca había tenido novios ni relaciones con nadie y por eso él quería que fuera todo perfecto y así lo sintió, a pesar de que él sí había estado antes con alguien, también sintió como si hubiese Sido su primera vez, y de hecho se sintió más nervioso, más ansioso como nunca antes se había sentido, Franco se había imaginado tantas veces ese momento con su amada, pero al final superó por completo sus expectativas, fue mucho mejor  de lo que había soñado, aunque al final su suegra, doña Gabriela los había descubierto y arruinado el mejor momento de su vida.

Franco no podía dejar de reprochar la decisión de dejar sola a Sara con su madre a pesar de que ella le recalcó que ese asunto lo tenían que arreglar ellas solas, que era su madre y que el que tendría problemas con ella iba a ser él si no la dejaba resolver esto sola, en su momento Franco pensó que quizás si era lo mejor, que él no tenía velas en ese entierro pero después pensando con cabeza fría supo que había Sido un gran error, Gabriela tenía una relación muy especial con Sara, siempre creyó que esa muchacha sería como ella, de hecho era la más parecida en carácter y en su manera de ver la vida, y si con sus hermanas doña Gabriela había Sido dura por sus relaciones con los Reyes, en el caso de su hija mayor la que siempre creyó que seguiría sus pasos, encontrarla en esa situación, desnuda, en una cabaña, durmiendo sobre fardos de paja junto al hombre que jamás hubiera imaginado que su hija, su querida hija terminará entregandose. 

Ahora veía con claridad que algo grave tendría que haber pasado, esa señora no era de confiar, tenía tendencia a la agresividad, y que Sara se ocultara en su casa sin dar ningún tipo de explicación era una señal clara de que su mamá había tomado represalías hacía la mayor de las Elizondo, Franco no soportaba más la angustia que esto le generaba, no iba a esperar un día más sin tener noticias de Sara, si ella después de este día no quería saber nada con él, aunque le doliese en el alma lo entendería, pero eso se lo iba a tener que decir en la cara porque no iba a esperar a que siguiera pasando el tiempo, ya no aguantaba, estaba decidido esa misma tarde la buscaría y hablarían, no iba a pasar ni un solo día más con la angustia que tenía en el pecho.

Continuará… 

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