III

194 15 1
                                    


Si, esto parece que sigue queriendo dar más, es interesante como no se calla por más que intente...

A ver, Diana es característicamente desorganizada en su manera de pensar, se me hace imposible escribir desde su perspectiva sin meter algún flashback o pensamiento desconectado de la línea central de lo que le está pasando, tendría que narrarlo desde afuera para poder hacerlo así porque ella simplemente no es capaz de prestar completa atención a su entorno, a diferencia de Leona, por ejemplo.

En fin, espero que ese factor no vuelva todo excesivamente complicado...

...Mejor comencemos.


III


"Fuego, crepitante y palpable a tan solo un estirar del brazo de mi pecho. Aun así, no puedo sentir su calor, o al menos no el mismo que experimento cuando te miro sonreír.
Es extraño, suelo disfrutar mucho más de las noches como esta de luna nueva. El perfecto momento para la introspección y el replanteamiento, aunque por alguna razón mi energía física suele mermar bastante para estas fechas. Es bueno cuándo lo uso para reflexionar pasivamente, sin torbellinos mentales ávidos tan altamente distractores... Pero, al parecer, esta vez no me salvó de entrar en esa espiral de pensamientos rumiantes.
Imágenes variadas, una misma persona, un mismo retrato con diferencias únicamente asociadas a la edad... Te conozco de hace demasiados años, te siento con la misma intensidad del primer día. Diría que incluso más.
¿Existirá algún té de hierbas que alivie los síntomas de la obsesión?
Ya ni siquiera sé si quiero deshacerme de esto, se volvió demasiado parte de mí, al punto en el que significaría dejarle un agujero negro corrosivo a mi identidad.

¿Se puede realmente ser una persona completa aun estando tan estrechamente ligado internamente a una psique ajena? Me cuesta encontrar el límite exacto que nos separa como individuos, y para colmo no sé cómo más expresar todo eso, yo sigo creyendo que es amor. Te amo tanto...


— Diana, no has probado ni un poco, ¿Te distrajiste de nuevo, quieres que te lo repita todo otra vez?
— No, en realidad no tienes por qué.
— Cásate conmigo
— No.
— ¿Solo sabes decir eso?
— No...

Que hermosa es, sus ojos felinos, más brillantes y cálidos que esa simple fogata. No existe fuego alguno que no me los recuerden.

— Estoy enamorada de ti, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado
— Eso no tiene nada que ver con mi respuesta
— ¿Cómo es posible?
— ¿No es posible para ti que MI respuesta no tenga nada que ver con lo que TU sientes?
— No entiendo lo que dices, no tiene sentido
— Tú no tienes sentido, me voy de aquí
— Ok, ok, solo... ¿Podrías quedarte un rato más? Creo que necesito un poco de tiempo para procesarlo
— ¿Necesitas que me mantenga visible mientras lo procesas?
— Es que siento como si todo fuera una especie de sueño, es extraño, no sé cómo explicarlo
— Tu cerebro definitivamente no conoce lo que significa el rechazo, es impresionante
— En realidad no creí que dirías que sí, sé que odias todo lo tradicional
— Aff, esa es otra equivocación por tu par...

Vaya, es como si un rayo me hubiera caído encima de repente, que sensación tan desagradable y anormal.

— ¿Qué pasa?
— Ehh... Nada.
— ¿Por qué me miras así, acaso tengo algo en la cara?
— Si, ¿¡Cómo es posible que no te des cuenta!?
— Siempre te burlas de mí, no caeré otra vez en ese chiste tan infantil...
— Leo... Estás llorando
— Eso es una tontería
— Claro que lo es, ¡pero no significa que no sea cierto!
— Ehh... Pues, tal vez me sentó peor de lo que esperaba – va a hacerse daño si se sigue restregando tan fuerte, mis preciosos ojos, ¡déjate en paz la cara, idiota! – ¿Tal vez si sea buena idea que te vayas?
— "..."
— Estaré mejor por la mañana

La CuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora