Alejandro: ¿Me extrañaste? -se acercó a mi, pegando el arma en mi abdomen-
Maura: Baja esa pistola, por el amor de dios, hablemos civilizadamente
Alejandro: ¡No vine aquí a hablar, vine a sacarte de la cabeza esas cochinadas que tienes metidas, por las buenas o por las malas!
Maura: ¡Yo amo a Viviana, y eso no lo puedes cambiar!
Alejandro: ¿Segura?
Esa sonrisa cínica nació una vez más de èl, al escuchar la voz de Vivi cada vez más cerca de nosotros, sin pensarlo cerré la puerta con seguro implorándole silencio a Alejandro, ella ingenua me pide de infinitas formas que le abra, la trato lo más grosero que puedo, escuchando un sollozo del otro lado de la puerta, puedo ver la maldad en la mirada de este imbécil, sin dudas ya encontró una manera de hacernos la vida miserable. ¡¿Por qué a nosotras, Dios?!
Alejandro: Creo que ya se como vamos a resolver este asunto, mi reina
Maura: ¿Que quieres? Habla rápido
Alejandro: Ya te lo dije una vez, vas a dejar a Viviana, y si no lo haces te entrego su cabeza en una cajita de regalo
Maura: Está bien...
Alejandro: También vas a volver conmigo mi amor, eso tenlo claro
Maura: Ni lo sueñes
Alejandro: ¿Eliges el diseño de la caja de regalos, o ya te lo mando a mi gusto?
Maura: ¡Eres un maldito psicópata! -golpee su pecho-
Alejandro: Disfruta la noche, mañana ya tienes que haberla dejado -me besó a la fuerza, y escapó-
Maura: ¿Ahora que se supone que debo hacer, como voy a vivir sin ella?-finalmente dejo salir mis lágrimas-
Saqué un poco de todo lo que estoy sintiendo en estos momentos, tome un baño, y fui en busca de mi vida, si porque eso es ella, mi vida entera. Entro a su recámara, se ha hecho la dormida, me recuesto a su lado, abrazándola con todas mis fuerzas y le susurro un “perdóname” al oído...
Viviana: ¿Por qué me trataste así? Mau no te he hecho nada -giró entre mis brazos, dejándome ver sus ojitos llenos de lágrimas-
Maura: Vivi ya no llores, y menos por mi culpa, no lo merezco
Viviana: Lo mereces, nosotras lo merecemos
Maura: Ya no hay un nosotras, y no lo volverá a haber
Viviana: ¿Que estás diciendo? -se sentó de golpe-
Maura: Lo que escuchas, lo siento...
Viviana: ¿Pero que pasó, que cambió?
Maura: Me di cuenta que yo...yo siento cosas por Alejandro
Viviana: ¿Me estas jodiendo verdad? Si, tiene que ser eso -reía acompañada de llanto, sus emociones están todas revueltas-
Maura: Te estoy diciendo la verdad, yo no soy como tú, no me gustan las mujeres, solo quise probar contigo y ya está
Viviana: Eres una maldita basura Maura Greep, me das asco -sentí la palma de su mano, chocar con fuerza en mis mejillas, no duele nada comparándose con lo que siento al perderla-
Maura: Mañana me iré a primera hora, puedes quedarte aquí
Viviana: Olvídalo, no voy a estar en un lugar que me recuerde a ti, ahora sale de aquí que voy a empacar mis cosas
6 meses han pasado desde el día en que mi vida entró en una pausa agonizante, no hago más que trabajar, para no pensar en ella, sigo cada uno de sus éxitos, que han sido numerosos, las chicas han cambiado su manera de ser conmigo, y las comprendo, me tienen en el peor concepto, al igual que Vivi, lo que más temía me pasó, me he quedado sola. Alejandro no deja de fastidiarme, es un infierno lo que vivo a su lado, pero tengo que aguantar, al menos hasta que obtenga pruebas en su contra. Estoy perdida entre tantos pendientes, hasta que suena mi celular, es Bárbara, a tanta insistencia de su parte, finalmente contesto.
>>Bárbara: Mi niña, ¿Cómo estás?<<
>>Maura: Creo que bien Barbie, ¿Usted cómo está?<<
>>Bárbara: Bien, te llamo para avisarte que hoy habrá una pequeña fiesta, para celebrar la inauguración de la nueva casa editorial de Vivi, por favor no faltes<<
>>Maura: Que gusto me da, pero no creo que sea conveniente, dejamos de ser...amigas<<
>>Bárbara: Hazlo por mi <<
>>Maura: Está bien, ahí estaré<<
Aunque se que no hay posibilidad de nada con mi Vivi, una gran emoción me invade, deje todo a un lado, me dirigí al centro comercial en busca de un buen vestido, y obviamente un presente, sencillo pero tan único como ella. Me aliste y no es por narcisista, pero me veo realmente preciosa, al llegar al lugar pautado, Barbie me recibió en un abrazo, que para ser sincera necesitaba muchísimo, las chicas no tan cariñosas, pero bueno, es un buen comienzo. Me senté en una mesa apartada y comencé a beber, sin control, el último trago me ha sabido de lo mejor, justo en ese momento es recibida por aplausos y alagos, la señora Murat, su mirada alcanzó la mía, y yo solo he podido sonreír, siguiendo cada uno de sus pasos, que cada vez son más próximos a mi