Amor Entrelazado.(LenxRin)

Capitulo 1.

Len.

—¿Len podrías salir de mi habitación?, tengo que darme una ducha—me dijo Rin mientras yo la observaba con mucho detenimiento, ella se sonrojo y se dio vuelta rápidamente.

En ese momento, mi cuerpo reaccionó por sí sólo, hizo que me pusiera de pie y que caminara hacia ella, para así quedar a unos cuántos centímetros de su espalda.

—¿¿¿LEN, QUE....EE ESTAS HA...HACIENDO???—me preguntó mientras se volteaba para mirarme a los ojos.
—¿Qué te sucede?, ¿porqué estas actuando de manera extraña?—dijo mientras bajaba la cabeza.

—Rin, discúlpame, pero no puedo evitarlo—le dije y sin más preámbulos tomé su mentón, levanté su rostro sonrojado y la bese tiernamente en los labios, ella se negó, pero después me respondió el beso, todo se fue rápido, de un momento a otro, ella ya estaba recostada en la cama, y yo estaba arriba de ella.

—¿Crees que estamos haciendo mal?—le pregunté mientras veía su rostro completamente sonrojado, que por cierto me parecía muy irresistible.

—No.....no lose—tartamudeo y al mismo tiempo se tapó el rostro con las manos.

—No ocultes tú rostro—le dije mi entra le quitaba lentamente las manos de la cara. —Tú rostro es verdaderamente hermoso desde mi perspectiva—le dije mientras la besaba de nuevo.

—Ya basta Len, por favor es muy vergonzoso—me dijo mientras desviaba la vista para evitar verme.

—Lo siento, no fue mi intención—le dije mientras besaba su frente, para así quitarme de encima y encaminarme hacia la puerta. —Rin—ka llame, ella volteó. —Te quiero—le dije mientras salía lentamente de la habitación.

Rin.

Salí de ducharme aún estaba algo confundida y enfadada con Len, ¿como se había atrevido a hacer algo así?, ¿los hermanos no hacen eso?, lo peor y más extraño del caso, era que incluso a mi, me había parecido algo muy tierno e irresistible, pero de igual forma tenía que hablar con el sobre el tema.

Salí de mi habitación y me dirigí hacia la suya, toque su puerta recibiendo respuesta casi al instante y me dejó pasar a ella.

—¿Necesitas algo?—Len se sentó en la cama.

—Vengo a pedirte de favor, que no vuela hacer eso—le respondí tratando de sonar enfadada y madura.

—¿A que te refieres?—se levanto de la cama y camino hacia mi con una mirada pícara.

—A lo que hiciste hace una mo...—dije pero Len me interrumpió abalanzándose hacia mi besándome otra vez.

Un sentimiento de querer responderle el beso me invadió, pero tuve que luchar contra el para reunir fuerzas y separar a Len de mi, pude notar un ardor en mis mejillas y un dolor de estómago nada común.

Salí corriendo de la habitación, en dirección hacia la mía, me acosté sobre la cama; Estupido Len. Pensé mientras hundía mi rostro enrojecido en la almohada.

Len.

Al día siguiente me desperté temprano como de costumbre, me duche y me puse mi atuendo de todos los días, ya habían pasado 4 semanas, desde que Rin apenas me deseaba los buenos días, desde aquel descuido mío, ya no fue lo mismo, ni siquiera me atrevía a mirarla a los ojos, a decir verdad, me sentía muy agobiado, extrañaba que todos los días por las mañanas fuera a despertarme con un "Buenos Días Len", la extrañaba a ella, sus cálidos abrazos y su hermosa voz.

Salí de mi habitación, camine hacia la cocina, olía a huevos y tocino, un excelente desayuno por cierto, me introduje a la cocina, y ahí estaba Rin, de espaldas, cocinando, mi
desayuno favorito.

—¡¡Buenos días Len!!, ¿cómo amaneciste hoy?—me preguntó Rin apenas se percato de mi presencia, me sentí feliz, al escuchar otra vez, un "buenos días" de su parte.

Rin.

Durante estas 4 semanas, estuve visualizando estos extraños sentimientos hacia las muestras afectuosas de Len, ahora cuando me acordaba de eso, mis mejillas volvían a tornarse rosadas, mi corazón latía con fuerza y mi estomago me dolía de esa manera algo inexplicable.

Tuve el valor, y hable con Meiko del asunto, aunque no use mi nombre ni el de Len, Meiko me comento, que era posible esos sentimientos estaba aliados con ese sentimiento de enamoramiento algo típico en las personas. Ahora creo que estaba claro, aunque era algo realmente extraño e imposible, me había enamorado de mi hermano, o por lo menos, sentía atracción por el, así que decidí contárselo. O al menos darle una idea de que el me gustaba, no solo como mi hermano, si no también en el ámbito de sentimientos ante relaciones amorosas.