Me acerque a paso dudoso a Juuzou. De a poco lo fui despojando de la poca ropa que tenía puesta. Mis manos temblaban ante cualquier roce con su suave y pálida piel. Nuestras respiraciones agitadas hacían eco en toda la habitación, sumergiéndonos más en el deseo por el otro.
—Onoge —Su voz temblaba.
—Tranquilo —Deposite un beso en sus labios —, no hables.
Ya desnudos, pude apreciar mejor su delgado pero bien cuidado cuerpo, recorrí cada centímetro de el con mi vista solo deteniéndome a apreciar con mejor cuidado sus cicatrices y costuras. Ciertamente el no poseía un aparato reproductor completo, por lo que tener sus bebes sería una cosa imposible pero aun así deseo tenerlo en mi vida hasta el día que muera. Antes de darnos cuentas ya nos estábamos devorando a besos, estaría demás decir que mi rostro ardía como nunca antes lo había sentido, mi corazón daba fuertes latidos como si quisiera salir de mi pecho pero mi cabeza solo susurraba por un poca más de él.
—Te amo —Susurre sobre sus labios.
—¿Aun sabiendo que yo no…?
—Puedo vivir con eso.
—Yo —se separó un poco de mi para luego mirar un a punto fijo del suelo —no se que hacer.
—Confieso que yo tampoco se mucho –reí avergonzada —pero podemos probar.
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Desperté sintiendo un pequeño dolor en mi entrepierna, me saque la sábana encontrándome con unas pequeñas gotas de sangre. Me levanté un poco incómoda para ir a ducharme antes de que Juuzou se levantara. Estando en la tina, pequeños recuerdos fugaces de lo sucedido anoche invadieron mi mente.
—Qué hice —me sumergí en el agua tratando de ocultar mi pena –me desconozco, que vergüenza —me revolví la cabeza.
El ruido de la puerta siendo golpeada varia veces con suavidad me alejo de mis pensamientos —¿Estás bien? —oí la voz de Juuzuo del otro lado.
—Sí.
—Es que hay —Abrió la puerta dejando ver un tierno rostro preocupado —sangre.
—¡Juu! –cubrí mi cuerpo pon la cortina del baño —,no me veas —le pedí y este miro hacia otro lado.
—Pero anoche tú...
—¡Y-ya! —Me levante apenada pero me terminé resbalando.
—¡Onoge!, ¿estás bien? —se acercó a gran velocidad para agacharse y quedar a mi altura.
—Ya dije que sí —trate de alejarlo.
—Que alivio —me tomó un mechón —¿te puedo lavar el cabello? —preguntó en un tono muy dulce.
—Si tú lo deseas, está bien.
Este me pidió espacio para sentarse en la tina. Ya adentro me posicione frente a él. Mi espalda de vez en cuando chocaba con su pecho, eso me erizaba la piel. Lavo mi cabello de manera delicada y juguetona haciéndome sentir como una pequeña niña.
—Esa sangre... –lo interrumpí un poco incomoda por el tema.
—Sí, es mía pero es normal luego de lo de anoche —expliqué casi inaudible.
—Entonces no lo volveré a hacer —me abrazo— no quiero lastimarte.
—Eso solo pasa la primera vez —tome sus manos, las cuales estaban un poco más arriba de mis pechos.
—¿La primera vez? –por su tono era capaz de deducir su confusión.
—Sí, es cosa de mujeres.
—¿Por qué son complicadas? — susurro en mi oido.
—No lo sé —Reí ante su comentario.
—Te quiero —Susurró para luego depositar un beso en la marca.
—Ya lo sé —me giré —y yo también —deposite un beso en sus delgados labios.
—Debo reunirme con Haise —Anuncio con pesadez.
—Bien —me levante ya lista para colocarme algo mucho más cómodo.
—¿No dirás nada? —Salió desnudo.
—Estoy segura de que terminarás rápido —me alcé de hombros —de lo contrario me tocará comer donas con otro chico —bromee.
—¿¡Eh?! –Brinco de donde estaba hacia mí —¡no iré! —grito alarmado.
—Solo bromeo —reí a carcajadas —aunque admito que no me gustaría que te fueras, debes cumplir con tus responsabilidades —tomé una toalla para extendérsela —cúbrete por favor –este me miro un par de segundos y luego coloco la toalla en su cintura —. ¿T-te puedo tocar antes de que te vayas? —suplique con la mirada —el asintió dando me su consentimiento –solo quería recordar antes de que se fuera la suavidad y calidez de su pálida piel —. No tardes mucho, no quiero cenar yo sola.
—Podrías venir conmigo.
—Tengo cosas del trabajo por adelantar, mi jefe se pone muy pesado si no se hacen las cosas a tiempo y dudo que tus compañeros estén bien con mi presencia —le tome las mejillas.
—Pero es sábado, el entenderá y además de eso tu les agradas mucho—-se dijo convencido.
—Juu, se un buen chico —al decir esto abrió sus ojos como platos —¿sucede algo?
—Mi madre me lo decía muy a menudo —soltó.
—No quería… Lo siento.
—Sabes, yo no la odio, ella es mi madre —sonrió.
No dije nada y lo dejé vestirse. Ya listo me ayudo a preparar el desayuno, un que todo lo que hacía se lo comía, realmente no fue de mucha ayuda. Duro unas las horas tratando de convencerme de ir hasta que opto por llevarme a la fuerza, cargándome como si dé un pequeño saco de papa se tratara, todos en la calle nos veían y yo solo podía cubrir mi rostro con su espalda. A pesar de todo me sentía feliz de que él quisiera estar a mi lado tanto como yo lo deseaba.
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Agradezco la espera, si quien dejar alguna sugerencia u opinión, sean bienvenidos
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Suzuya Juuzou 2
FanfictionHa pasado un año desde que lo ví por última vez en aquel aeropuerto pero hoy por fin estaré junto a el, y esta vez será para siempre.