Capítulo 2

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Era un día como cualquier otro, me dirigia ya por tercera vez en esta semana al parque para comprarle a Patrick aquella hierba verde. En el fondo está mierda sin darse cuenta me había ayudado a hacer un amigo.

-Hey- Saludo el chico como siempre.

-Hola.-Respondí

-Lo de siempre.

-Sí, porfavor.-Este me tendió la bolsita y yo a él el dinero.

-Oye Jane una cosa, no es por meterme en tu vida pero no crees que esta semana te estás pasando un poquito.

-Es que estoy con los exámenes finales y la verdad es que estoy un poco estresada y he consumido más de lo habitual pero no te preocupes, tengo todo bajo control.

-Si tu lo dices.

-Patrick enserio no te preocupes, estoy bien y está mierda me ayuda.

-Recuerda que esto solo te alivia o al menos eso sientes cuando la consumes pero no te ayuda a resolver tus problemas o porque sea que la empezaste a consumir.

-Patrick que te crees que no lo sé, pues claro que lo sé. No te preocupes de verdad que no me va ha pasar nada. Además yo no te echo la bronca por que tu vendas esta mierda.

-Pero las situaciones son distintas.

-No, son la misma situación. Ambos nos encontramos ligados a esta mierda simplemente porque nos ayuda aunque a cada uno de una manera. A ti te proporciona dinero para poder vivir por tu cuenta sin depender de tus padres y a mi me ayuda a sentirme bien.

Ha todo esto Patrick me respondió con una sonrisa torcida.-Mira vamos a dejar el tema porque siempre que hablamos de esto acabamos igual.- dijo el moreno.

-Pues casi que va ha ser mejor.-respondí.

El resto de la tarde nos la pasaromos los dos hablando sentados en un banco del parque y mientras yo fumaba cigarrillos el chico se dedicaba a vender todo tipo de sustancias. Y así es como funcionaba nuestra amistad,  ambos nos regañabamos el uno al otro pero ninguno ponía solución a la mierda en la que nos encontrábamos metidos.

***

Me disponía a entrar a clase de filosofía,  aunque tampoco entendía muy bien porque lo hacía si sabía que al final me iba a quedar dormida y acabaría en el despacho del director como siguiera así, puesto que el señor Holigan ya me lo había advertido en varias ocasiones.

Cuando entré ya solo quedaba un sitio libre, así que me dirigí a el sentandome al lado de un chico que no recordaba a ver visto antes, aunque tampoco es que me importará si no me molestaba.

Pasado ya un rato de que había empezado la clase el chico que se encontraba a mi lado no paraba de dibujar y como no podía distinguir bien que era me decidí a hablarle.

-Qué es lo que estás dibujando?

-Nada en concreto, empiezo a dibujar y salga lo que sea.

-Aaaa, muy interesante.

-Mira si vas a criticarme mejor ahorratelo no tengo tiempo para escuchar tonterías.

-Mira la que no está para aguntar estupideces ni mucho menos a estúpidos soy yo.

Después de esto pasamos el resto de la clase sumidos en un silencio un tanto incómodo. Para mi alivio por fin tocó la campana y me levanté y me fuí sin ni si quiera dirigirle la mirada al moreno de ojos verdes.

Mientras me fumaba un cigarrillo sentí como alguien se sentaba a mi lado en las escaleras de la parte de atrás del edificio por donde nunca pasaba nadie y podía estar tranquila sin sentir miradas, ni cuchicheos a mi alrededor porque si había pasado ya medio año después de aquel video y parecía que la gente no era capaz de superarlo y con ello a mí tampoco me dejaban avanzar, aparte a mi lista se había añadido drogadicta. Otra cosa por la que me tachaban sin preguntarse el porque lo hacía, aunque si supieran la respuesta no la reconocerian puesto que eran muchos de ellos los causantes de mi estado puesto que me pisotearon sin importarles una mierda como me pudiera sentir y si así era la gente de San Francisco solo les importaba salvar su culo sin importarles a quien tuvieran que aplastar o llevarse por delante.

-Hola, me llamo Zach. -Saludo el moreno.

-Muy bien, no me importa ahora si no quieres nada te puedes ir.

-Mira creo que hemos empezado con mal pie y ya me he enterado que no tienes amigos así que podríamos... -Derrepente lo corte sin dejarle terminar. - Mira si vienes aquí por compasión o lo que sea ya te puedes estar largando, que seguro que puedes  hacer muchos amiguitos si te lo propones.-Una vez acabe le di una palmadita en la espalda en señal de que se fuera pero este ni si quiera se movió.

-Si lo que estás esperando es que me vaya no lo pienso hacer, así que puedes esperar sentada.

- Sabes eres un poco irritante.

-Pues que pena, lo siento.

Me acabe mi cigarro y encendí aquel rollo tan común ya en mi vida y le di un par de caladas. Así nos quedamos un rato hasta que Zach decidió romper el silencio de nuevo.

-Por cierto no te he preguntado como te llamas.

- Seguro que ya lo sabes igual que te has enterado que no tengo amigos te habrás enterado perfectamente de mi nombre y si no lo sabes dentro de poco lo descubrirás.

Cuando el chico estaba dispuesto a responder toco el timbre y en un parpadear de ojos yo había desaparecido de su vista.

El resto de la mañana paso como cualquier otra.

Cuando me encontraba en la esquina de mi casa acabandome un cigarro vi como un coche que no había visto antes se encontraba aparcado delante de la puerta de mi casa. Instantáneamente me acordé que mi madre hace dos semanas me dijo que su pareja y su hijo se iban a mudar a la ciudad y vendrían a visitarnos.

-Mierda-maldije por lo bajo.

Cuando entre por la puerta no me lo podía creer Zach se encontraba en el salón junto a mi madre y a un hombre con traje. Intenté subir las escaleras sin que nadie me oyera, pero fue en vano.
Mi madre me miró con una sonrisa de oreja a oreja y me pidió que me acercará.

-Hola, cariño.- me dijo mi madre indicando a la vez con su mano que me acercará.

-Hola mamá.

-Ven a saludar. Este es Jarry y el es su hijo Zach.

-Encantada.- Respondí mientras le tendía la mano a ambos.

-Ella es mi hija Jane.-me presento mi madre.-Porque no acompañas a Zach a la habitación de invitados para que pueda dejar sus maletas, se quedarán aquí y ya mañana irán a su nueva casa.

Haciendo caso a lo que había dicho mi madre me dirigí escaleras arriba para decirle a Zach cual era la habitación de invitados.
Cuando llegue a la puerta se la abri le hice un gesto para que entrará y me iba a ir cuando esté decidió hablar.

-Con que Jane

-Anda mira has descubierto como me llamó

-Venga Jane no seas así, a partir de ahora nos vamos a ver mucho.

-Si que diber y también jugaremos a las muñacas.-respondí con ironía.

-Venga no seas así a lo mejor podemos llegar a llevarnos bien.

-En tus sueños mi amor.

-No ves ya me has llamado mi amor eso es un comienzo.

-Mira como sigas por ese camino lo que vas a comenzar es el camino a tu entierro.-dicho esto cerre la puerta de un golpe y me fui a mi habitación.

Una historia única, la historia de JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora