Ya estaba en casa era por la noche y me encontraba sentada en el medio de la cama entre cuatro paredes, todo estaba oscuro y ahí estaba yo ahogandome entre los sollozos, sentía que no podía respirar, que el mundo se me venía encima y que esta vez el impacto había venido con más fuerza que otras veces. Cuando conseguí calmarme me levanté y me acerque a la ventana, abrí esta y empecé a fumar aquella sustancia verde para calmar un poco el dolor. Mientras miraba la luna me acordé de una cosa, la carta que me había dado Patrick en el muelle.
Fuí al baño con cuidado de no hacer ruido y busque entre la ropa sucia mis pantalones de chándal negros donde había guardado la carta. Cuando la encontré me dirigí de vuelta a mi cuarto y empecé a leer.Hola Jane, nunca creí que estaría aquí escribiéndote una carta, la verdad nunca creí que pasaría lo que en estos últimos meses a ocurrido, pero si, todo esto a pasado y es real; aunque lo que me duele es que tenga un final. La verdad se que a lo mejor es tarde para contarte esto y se que puede que te duela más ahora que ya no puedes contactar conmigo pero te he de confesar que si me gustas, me gustas muchísimo, desde el primer día que te ví, ahí supe que eras tu, que eras el amor de mi vida. Aunque nuestra historia no allá podido pasar como nos hubiera gustado me alegra haberte conocido y me alegro de todo lo vivido contigo. Gracias por preocuparte por mí y creer en mí, por hacerme valorarme y sentirme querido, gracias por todo. Si el destino lo quiere volveremos a encontrarnos y viviremos todo lo que no hemos podido, pero sino me gustaría que hicieras una cosa por mí y es cumplir los deseos de esa lista que no están tachados por mí, si en unos años no he vuelto a por ti. Se feliz y vuela alto mi pequeña Jane porque te lo mereces más que nadie, y no te pongas triste, esto es un pequeño vache que nos sirve para aprender. Te quiero y siempre te querré, Patrick. Espero que esto sea un hasta luego y no un adiós. Firmado, Patrick.
En el instante que acabe de leer todos los pensamientos que había tenido esa misma noche con respecto a acabar con mi vida se esfumaron, porque iba a intentar seguir viva aunque solo fuera por volver a ver a Patrick entrar por esa puerta o sentado en el banco del parque. Pero eso estaba claro que no iba a pasar.
Ya había pasado un mes y medio desde que Patrick se fue y ahí me encontraba yo, medio drogada, con un aspecto arrendo camino a mi casa después de clases.
-Hola cariño- me saludó mamá mientras entraba en casa.
-Hola mamá- la devolví el saludo.
-Que son todas estas cajas, mamá??-pregunté al ver un montón de cajas con cosas embaladas.
- Tengo que darte una noticia, siéntate.
Hice lo que me pidió y aguarde impaciente a que prosiguiera.
-Mamá vas a decir algo ya, me tienes en ascuas.
Mamá respiro y por fin se decidió a hablar. - Nos vamos a ir a vivir con Jarry y con Zach.
- O eso si que no.- me quejé
-Lo siento hija ya se que quieres mucho esta casa pero nos vamos, el camión de la mudanza llegará mañana a primera hora. Además, la casa de Jarry está en la ciudad el cambio no será tan grande, hazlo por mi.
- Y se puede saber en qué momento tomo párate yo de esta decisión, porque que yo recuerde a mi nadie me ha preguntado o consultado nada.- Le conteste medio gritando.
-Ya basta Jane, es la decisión que he tomado y es lo que considero lo mejor para las dos así que empaca tus cosas para que el camión se las lleve mañana o sino lo haré yo misma.
Sin darla pie a decir nada más subí las escaleras y al entrar a mi cuarto pegue un portazo para cerrar la puerta. Empecé a sentir como el cabreo iba aumentando y acabe cogiendo el despertador y estampandolo contra la pared. Este en el instante que choco cayó al suelo hecho pedazos. Saque un rollo de mi bolsillo y empecé a fumar hasta conseguir tranquilizarme. Fumé hasta que perdí la consciencia y cuando me desperté por la madrugada decidí ponerme a empacar las cosas. Porque comprendí que bastante daño me hacía a mi misma ya, como para dañar a mamá, ella se merecía ser feliz y si ella hera feliz viviendo con Jarry me tendría que aguantar las ganas de pegar a Zach al verle la cara todas las mañanas.
Al día siguiente me desperté cuando mamá toco a mi puerta.
-Cariño ya está aquí el camión de la mudanza.-dijo mi madre desde el otro lado de la puerta.
-Ya voy.-dije sin ganas y con voz de dormida.
Me hice un moño desaliñado, me puse un pantalón de chándal, una camiseta de manga corta y empecé a bajar cajas a la planta de abajo para que los señores del camión de la mudanza se las llevarán. Cuando acabamos, sin importarme que mi madre estuviera delante encendí un cigarrillo, lo cual creo que no fue muy buena idea.
-Jane que haces?- me preguntó mi madre un tanto alarmada.
-Fumar-dije con tranquilidad lo cual creo que hizo a mi madre enfurecer más.
-Desde cuando fumas?- preguntó mi madre no tan segura de querer saber la respuesta.
-Desde hace poco.- mentí, la verdad es que hacía ya casi un año que había empezado a fumar y a consumir marihuana.
-Por qué Jane, se que todo lo de Patrick a lo mejor te ha podido afectar pero...
-Pero que?-la conteste en un tono borde y cortante.
-Ns, tampoco creo que sea para tanto que aquel chico que seguro conocías hace dos días este muerto. No justifica ni tus bajadas de notas ni que fumes.
Me mordí la lengua y respire hondo antes de contestar a lo que acababa de decirme mi madre, no le podía decir nada sobre porque estaba supuestamente muerto Patrick ni todo lo que había pasado este último año, sería todo muy escandaloso para ella y lo único que me faltaba ya era que durmiera debajo de un puente, aunque siendo sincera a lo mejor sería mejor que vivir en la casa de ese señor y su hijo mimado.
Finalmente me decidí a hablar una vez que estuve más tranquila-Creo que es mejor que no sigamos hablando del tema.- dicho esto le di otro par de caladas a mi cigarro y lo tire al suelo para posteriormente aplastarlo con la suela de mis deportivas.
-Jane te quiero comprender pero la verdad últimamente me lo estás poniendo muy difícil.
No me aguante más estaba harta-La que esta haciendo todo complicado aquí eres tú. Solo pides, exiges y me recriminas pero no te sientas conmigo a preocuparme como me siento o porque hago las cosas y si lo haces es echándome cosas en cara o de mala gana, como en este puto momento, así que si no te importa voy a darme una ducha. Bueno la última ducha en esta casa, porque me levantas dolor de cabeza.-dicho esto me gire, pero antes de empezar a andar me torne otra vez sobre mis pies, la mire directamente a los ojos y dije- Por cierto, si algún día ya no estoy aquí no te extrañes, no llores total, así ya quedarás libre de todo problema y podrás hacer lo que quieras con, como se llamaba, así Jarry y no tendrás que estar atada a una persona pesada e inaguantable. Y una última cosa, recuerda, de tal palo tal astilla. -ahora si dicho esto volví dentro de casa dejando a mi madre en la puerta un tanto sorprendida ante mi reacción y subí a ducharme.
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Una historia única, la historia de Jane
No FicciónCada persona es un mundo y tiene una historia, su propia historia. Jane era una chica como otra cualquiera feliz, sociable, buena estudiante,pero eso no podía durar para siempre. A veces sin quererlo te conviertes en lo que un día odiaste.