capítulo 4

4 1 0
                                    

Ya era lunes por la tarde, ayer Patrick le dio él dinero que le debía a aquel tipo y lo sobrante nos lo repartimos entre los dos y ahora nos encontrábamos sentados en nuestro banco del parque hablando sobre diversos temas.

-Patrick prométeme una cosa.

-Dime.-me respondió este un tanto extrañado ante mi petición.

-Prométeme que vas a dejar de vender.

-Y entonces a quien le compararas tu la mercancía e listilla.-dijo este en un tono burlón

- Patrick no tiene gracia enserio esto se te ha ido de las manos y según te vi el otro día no te voy a negar que me asuste.

-La verdad es que... pase miedo, no es la primera vez que a lo mejor quedo con ellos y recibo un golpe pero esta vez la cosa fue a otro nivel.

-Como es que antes te habían golpeado y no me dijiste nada.

-No era relevante

-Como que no era relevante Patrick pero tu te viste. Aún te quedan algunos moratones por el cuerpo y todavía se sigue notando esa marca tan horrenda en tu labio inferior.

-Son consecuencias por las que tenía que pasar, sabía que esto algún día me podía pasar.

-Pero tu te estás escuchando te lo digo enserio tío como que "recibo algún golpe" o " son consecuencias por las que tenía que pasar".- dije imitando su voz.

-Te ves muy graciosa imitandome sabías.-en el instante que dijo eso no sé ni porqué pero me puse roja, entonces mire hacia abajo para intentar que no viera el color carmesí de mis mejillas.

-Enserio Patrick no tiene gracia. Prométeme que vas a dejar de vender esa mierda o al menos que lo intentaras.

-Lo intentaré.-en ese mismo instante le di un abrazo y empecé a dar saltitos como una niña.

-Pero antes de dejarlo tengo que encontrar otro trabajo.

-Pues mañana empezamos a mandar currículums a todos los bares, empresas... de San Francisco. -dicho esto Patrick me regalo una sonrisa y nos volvimos a quedar en silencio.

A la mañana siguiente Patrick me pasó a recoger a casa y fuimos por todos los establecimientos de la ciudad dando su currículum y ahora más tarde nos encontrábamos buscando un traje para la entrevista que tendría mañana antes de empezar a trabajar en un bar de la ciudad, su es que le cogían.

-Ese me gusta, te queda bien.

-Si a ti te gusta pues compraré este, a mi me es indiferente no sé ni porqué estoy haciendo esto.

-Mejor no te lo recuerdo verdad.-dije soltando una risa al final.

-Vale, mejor me callo.

-Por cierto, ya les has dicho que no vas a  vender más para ellos.

-Si.

-Y qué te han dicho?- dije un poco con miedo, sabía que esa gente no aceptaría que dejara de trabajar para ellos así por que sí.

-Nada.

-Nada??

-Absolutamente nada, no sé si eso es bueno o malo la verdad.-dijo el chico con la voz un poco temblorosa.

-Seguro que sale todo bien.

-Eso espero.-nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que el chico volvió a hablar.-Jane te puedo hacer una pregunta.

-Si, dime.

-Por qué haces esto?

-El qué?

-Estar aquí apoyándome y ayudándome a salir de esta mierda.

-Por que aunque no lo creas me has ayudado mucho, me has ayudado a seguir y has echo que no me sienta sola, porque cuando todos me dieron de lado tu apareciste de la nada y te metiste en mi vida, porque a veces te preocupas por mí, a veces me sacas una sonrisa que algunos me quitaron y aunque no te lo creas eso me da fuerzas para seguir, porque aunque nos regañemos el uno al otro o discutamos me has enseñado que es un amigo de verdad. Y ahora te lo quiero agradecer todo y mi manera es estando a tu lado y salvandote de un pozo en el cual mucha gente una vez que entra no sale ya sea por una u otra razón.

-Pues ahora que me estas ayudando a mi  a salir de esta mierda ayúdate a ti y deja de consumir esa porquería, ayudemosnos mutuamente a salir del pozo en el que nos metieron para que se den cuenta que no es tan fácil como ellos creen pisotear a los demás y que aquí la escoria son ellos porque simplemente son personas de doble cara y nosotros somos humanos de verdad porque hemos sufrido, hemos reído, hemos disfrutado y a veces nos hemos querido rendir y esto nos ha echo fuertes, nos ha echo personas de verdad. 

-Uy que filosóficos nos hemos puesto en un momento.- reímos ambos al unísono.

-Y ahora en serio gracias.

-No, gracias a ti por todo y aunque nunca te lo diga te quiero.

-Y yo.

Nos sumimos en otro silencio y seguimos caminando por la tienda en busca de una corbata. Hasta que este fui interrumpido de nuevo por Patrick.

-Que te parece si mañana vamos a cenar juntos.

-En plan como?

-En plan amigos.

-Vale.

-Eso sí punte guapa, porque ya que me has echo comprarme este traje lo tendré que dar utilidad, además así si me cogen en el trabajo lo podríamos celebrar.

-Me parece perfecto.

Después de acabar las compras Patrick me llevo a casa y quedamos en que mañana hablaríamos para acordar la hora de la cena. Yo tendría que indagar en mi armario para buscar que ponerme y así lucir un poco arreglada no podía ir en chándal, tendría que estar preparada para todas las situaciones que se pudieran presentar.

Una historia única, la historia de JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora