Capítulo 3

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Era la 1:00 de la madrugada, me encontraba en mi cama echa un bola llorando como una magdalena y pensando en todo lo ocurrido y sintiendo como según iba pasando el tiempo era más difícil ahogar mis sollozos y como me empezaba a costar respirar. Quería pensar que la vida era así que te hacía sufrir para poder valorar los pequeños momentos de la vida y poder sentir lo que es la felicidad en verdad, pero cada día empezaba en cuanto se iba a alargar esto porque cada día dolía más y aunque siempre había sido fuerte y a pesar de todo siempre iba con la cabeza en alto y una gran sonrisa la verdad es que en la oscuridad de la noche esa torre de fortaleza se derrumbaba y me hacia en ocasiones plantearme y si de verdad merecía la pena seguir.

Una vez me calme hice un rollo nuevo y lo encendí. Llevaba un rato mirando la luna mientras fumaba y pensando, cuando todo esto se vio interrumpido por una llamada entrante que sonó en mi teléfono. Era Patrick lo cual me sorprendió mucho ya que él a pesar de nuestros meses de amistad si es que se le podía llamar así no me había llamado.

-Hola.-dije en un susurro, pero nadie respondió. -Patrick estas bien?

-Puedes venir a recogerme a la ubicación que te voy a pasar por washap.

-Sí, no habra controles de policía verdad?

-No tranquila, ven lo antes posible porfavor.-me dijo medio rogando.

Esto me dejó muy mosqueada, entonces colgué el teléfono me cambié rápido sin importarme que ponerme y salí de mi cuarto asegurándome de que todo el mundo estuviera dormido. Bajé las escaleras, en el salón busque mis llaves de casa y las del coche de mi madre. Entre al garaje, encendí el motor del coche y me fui a buscar a Patrick a la ubicación que me había mandado; se encontraba a las afueras de la ciudad.

Cuando baje del coche y lo visualice salí corriendo en su dirección y aunque no era mucho de dar muestras de afecto lo abracé. Se encontraba muy mal, tenía el labio partido, un ojo morado y no paraba de sangrar por la nariz.

-Qué te ha pasado?? Qué te han echo Patrick??- Dije entre sollozos.

-Luego te lo cuento bien sí, ahora por favor vámonos de aquí.

-Sisi, vamos te ayudo a subir al coche y te curare.

Ayude a Patrick a montarse en el asiento del copiloto. Conduje hasta una gasolinera, en esta compré betadine, agua oxigenada, tiritas, bandas... Cuando salí de la gasolinera con todo fui directa a Patrick y le dí una botella de agua.

-Patrick, que a pasado??-pregunté con un semblante serio y a su vez el chico hizo una mueca de dolor mientras le curaba.-Te duele??

-Un poco, pero seguro que en un par de días estoy como nuevo. Nunca te había visto tan preocupada, tan mal me veo.- dijo en un tono burlón.

-La verdad, sí.-ambos reímos.

-Lo que ha pasado es que esta noche tenía que pagar al chico que me pasa la mercancía su parte, pero mientras iba al punto de encuentro un chico encapuchado y con una máscara me ha sacado la nabaja y me ha obligado a darle dinero. Así que le he dado parte del dinero que tenía que entregar esta noche y cuando he llegado al punto de encuentro y han visto que faltaba dinero ni si quiera me han dejado acabar de contar lo que me había pasado y me han propinado un golpe tras otro, hasta que se han cansado y se han ido. Jane esta gente no se anda con chiquitas hay que tener cuidado con ellos son muy peligrosos.

-Que hijos de puta.

-Esta vida es así, a ellos no les importas ni tu ni tus problemas, en este mundo solo miran por si mismos y por el dinero y si alguien tiene que caer para ello no les importa ni lo más mínimo.

Una historia única, la historia de JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora