Un pastelito. 🧁

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Una peli-negra de cabello corto y oscuro, alzó una copa de vino apreciando una chimenea, en un ostentoso y enorme departamento.

—La cláusula qué su esposo ha presentado contra la corte es más qué suficiente, para ganar el juicio del divorció—dijo un castaño observando los pasos de la mujer.

La peli-negra se giró en sus tacones de aguja, caminando despacio y elegante, con un movimiento de cintura atrayente. Jeon lisa, hizo una mueca  soltando un suspiro con fastidia.

—esta diciéndome en pocas palabras que mi esposo, me ha dejado fuera de nuestro patrimonio? !Qué ridículo!...

—me temo qué si,  señora Jeon—asintió—si usted se divorcia, legalmente las propiedades tendrían que ser divididas; pero...

—¿pero?—musitó interrogante con su rostro cansino.

—su esposo hizo la cláusula mencionada, donde usted está fuera de la herencia de los Jeon. Estaba estipulado que el anciano Jeon, padre de él joven Jungkook, dejaría la herencia para el heredero, el primogénito de su hijo, o primogénita. Pero como usted no ha tenido un embarazo...—la menor hizo una mueca tomando una copa de vino, chasqueó su lengua empinando el líquido oscuro sobre sus labios para tragar de un solo sorbo—me temo qué su esposo la sacará como si fuese una mujer cualquiera; lo único que podría heredar, sería una manutención—explicó el anciano.

Monoban tiró la copa sobre el piso rompiendole en mil pedazos, sobresaltado al anciano. La morena se elevó de su asiento con una pequeña risa arrogante llena de ira y frustración. El anciano la miraba moverse sobre el living con desesperación.

—madan le pido por favor trate de calmarse—pidió el anciano: su abogado personal.

—¡NO!—exclamó la peli-negra. Él hombre agachó la cabeza sin saber que más decir—¡ese maldito canalla me dejara en la calle. Es un imbécil!—se exaltó con furia—¡no se que se cree ese estúpido! ¿sacarme a mi? Su esposa ¡Ja!—jadeó con sorna en sus palabras girándose ante el hombre—Señor Choi dígame qué hay otra solución—demando apretando sus dientes. Debía calmar su furia.

El anciano mantuvo su postura pensativa hasta que abrió sus labios—bueno, podemos hacer una excepción.

Lisa elevó una ceja más que interesada. Ella tomó asiento de nuevo con sus piernas cruzadas. Choi se acomodó, mirándola pensativa—bueno lo escuchó. Dígame cualquier cosa, ese infeliz no se quedará con todo ese dinero; no quiero que otra zorra comparta lo que con tanto empeño me costó obtener—mofo frustrada.

—vera....podemos hacer que su esposo anule la clausula, acusándolo de infidelidad—comentó. Lisa abrió sus ojos con una leve sonrisa sarcástica.

—¡eso, eso sería estupendo si supiera que ese infeliz, fuese de esa manera!—bufó negando—pero usted más que nadie conoce que mi querido "espósito" es más frío que una roca—dijo frustrada entre comillas.

El anciano asintió en acuerdo. Tal ves por eso la señora no había tenido un hijo con el, al ser un hombre tosco frío, y poco sociable, pero apuesto, un hombre calculador, gélido, y muy inteligente con las acciones, siendo el mayor aportador económico en Corea del Sur. Un magnate lleno y forrado en billetes, como Monaban pensaba.

—bueno pero podemos creer una falsa infidelidad—comentó. La menor abrió sus labios apuntando al mayor más que convencida.

—no es posible solo armarlo señor Choi, tiene que ser conciso y concreto. Algo qué de realismo a la infidelidad, como sexo, o fotos muy reveladoras—el mayor asintió de nuevo. La peli-negra río uniendo sus manos. Sus uñas negras y elegantes se movían con una sonrisa más que malévola.

♡𝑷𝑨𝑺𝑻𝑬𝑳𝑬𝑺 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora