seis pastelitos🧁

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-te llame por qué el fin de semana dormirás aquí, bueno no directamente pero lo harás. Como todo los meses mi esposo siempre hace una junta de socios, llevándolos al hotel Resort Wong, un hotel de lujos en las orillas de la isla Jeju. En esta época el mar es una delicia para las olas. Además...también tenemos la oportunidad de qué puedas seducirlo con tu traje de baño. Recuerda Jimin, tu deber es hacer que el se fije en ti, y por lo que veo no solo no puede dejar de pensar en ti, si no que hasta le rompes las bolas cada día al odiarte. Já,já,já, sin duda el caerá ante ti, ya verás...solo sigue insistiendo. Después de todo, yo también estoy aportando mi parte del trato, espero no me falles Jimin; no me gustaría tenerte como enemigo.

-¿Jimin?-el menor reaccionó cuando su madre le había tocado el hombro.

Había estado pensando tanto en las palabras que la peli-negra le había dicho, qué se sentía cohibido. Él Nunca había usado un traje de baño, y mucho menos salido a juntas de esa magnitud. Apenas conocía parte de su familia en las reuniones familiares.

-¿Ocurre algo?-preguntó preocupada. Jimin negó.

Estaba con un cubre bocas y sombrero con la ropa del local de su madre, la pastelería que tanto la gente amaba por sus postres.

-mamá tengo un trabajo sabes-confesó obteniendo una impresión de su mayor.

-oh, eso no lo sabía...aún que Jennie, me había estado contando que tenías un trabajo de medio tiempo. Por eso tus pastelitos ya no habían sido vendidos-dijo con pesar y una leve sonrisa. Jimin sonrió por igual, pues sus pastelitos se vendían como pan caliente, valga la redundancia.

-si, lamento no haberte dicho. Pero hice unos Mochis y caracoles recién orneados en la mañana, además Yuli me ayudó a preparar postres de tres leche-dijo mirando los estándares. La gente entraba y los primeros postres que se vendían eran los suyos.

Cuando estudio mercadeo, había notado que tenía el don de cocinar, de ser un chef en postres, además de tener gustos culinarios muy dulces; sin embargo su carrera ya estaba tomada, y aún a si no pudo continuar en la universidad por el motivo de la paga. La beca no iba a durar por mucho, y aún a si, no podría estudiar ninguna carrera más.

Simplemente tuvo que estar con su familia ayudando en el pequeño negocio familiar.

-Jimin, ese abogado...-el blondo le miró enseguida. La mayor sonrió con una mueca-¿Me pregunto por qué nos está ayudando? Además...él dice qué no necesitamos pagar. Me parece extraño-musitó.

-eh bueno, seguro hay ángeles en esta tierra mamá-fue lo único que dijo. Se sentía mal, pero sabía que todo lo hacía por ellos, por verla sonreír más.

-aun así, espero con ansias qué Namjoon salga de ese lugar.-sonrió ante la suave mirada de su hijo.

-¡Hyung Jin!-la mujer se giró en sus talones al ver a su segundo trabajador salir del horno con Harina en el rostro-hubo un problema con los hornos de energía.

Jimin parpadeó cuando su madre gruñó con su voz ronca. "Jin" "mujer" era una fachada ya que en realidad la mamá de Jimin era un Doncel.

Kim SeokJin, el nombre verdadero de aquella mujer alta, hermosa y delicada, con un peluca rubia. Jimin sabía que su mamá" era un hombre, pero desde niños siempre le dijeron mamá, además a él le gustaba vestirse a si, y hacer feliz a su padre. Una sonrisa nostálgica surco sus labios, pues se le hacía tierno recordar a sus padres discutiendo en el horno de manera infantil.

Extrañaba mucho a su padre, y no imaginaba como se sentía su madre.

La puerta fue abierta y un hombre alto con polo oscuro y una gorra del mismo color, dio un paso adentrándose a la tienda haciendo un gesto pará arreglar su cubre boca negro.

♡𝑷𝑨𝑺𝑻𝑬𝑳𝑬𝑺 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora