Era conciente de que muchos niños de ocho años como él esperaban ansiosos las vacaciones para ir a lugares como en el que se encontraba con su familia, la playa; pero a él no le hacía mucha gracia la idea, prefería quedarse leyendo comics o libros en la comodidad de su hogar, o también irse a ver las nubes por horas desde el patio trasero; pero su padre insistía en que si quería superar su miedo al mar (otra razón por la que no quería ir) debía estar un poco en contacto con este, además de que le hacía bien el cambiar de ambiente de vez en cuando. Aunque él ya creía que era suficiente con las visitas a la abuela en su tierra natal, Noruega.
Para su mala suerte, y a causa de que los argumentos de un niño de esa edad no son muy convincentes, ahora se encontraba en ese caluroso sitio, siendo humectado por su progenitora con bloqueador solar.
- Mamá, no me gusta, se siente pegajoso- se quejaba por lo bajo - Cielo, si no te cubro bien vas a terminar rojo como un tomate- replicó la castaña con un tono dulce a su pequeño rubio, era igual de arisco que su padre.
Cuando terminó sólo se sentó sobre la manta extendida en la arena, observando el océano, una presión indicando temor apareció en su estómago.
Volteó al escuchar el llamado de atención de su padre -Eivor, quédate quieto- su hermanito insistía en ir a nadar, a pesar de solo tener dos años era bastante berrinchudo, moviendo sus extremidades en dirección el extenso mar, mientras su progenitor luchaba por colocarle el humectante.
-Creo que es suficiente, damelo, yo me encargo ahora- la castaña recibió a su hijo más joven, dirigiendosé con él hacia el agua y dejando a Sigurd con su padre.
Ambos rubios, de naturaleza flemática se quedaron observando a la americana y al más joven de la familia.
-¿Seguro que no quieres intentar entrar de nuevo?- No quería presionar a su primogénito, desde el accidente en que se quedó bajo del hielo dentro del río en su antiguo hogar de las islas no se atrevía ni a tocar un lugar así, sabía que debió ser horrible, aun parecía afectarle hasta que su hermanito se acercara a lo que para él suponía un peligro, después de haberse enfocado ese día en salvarlo, ya que el castaño menor también quedó bajo el agua con él, aunque por su corta edad a él no le afectó a nivel psicológico.
-No- respondió sin dudar, abrazado a sus rodillas, deseando volver a casa, el otro noruego sólo asintió sin insistir más.
Sigurd de verdad deseaba que el día acabara, cualquier lugar que no fuera el mar o la escuela era un buen lugar, pero no tenía control de decidir a donde ir cuando le diera la gana, por lo que después de horas de ver a los dos castaños consanguineos jugar, se puso a ver los alrededores costeños.
No había muchas personas, al menos eso era un punto bueno para que no dejaran basura como notaba que la gente solía hacer, aun si no le agradaba, este era un sitio natural y odiaba que lo ensuciaran.
Ya terminando con esa pequeña reflexión prosiguió con su análisis, pero no había mucho en lo que fijarse, la mayoría nadando y otros leyendo o sacandose fotos. Pero entre ese montón de seres tan aburridos y predecibles, su vista se fijó en algo que se movía entre todos, una cabecita con mechones negros que por encima de esta sostenían con pequeñas manos lo que podía intuir eran cubetas con formas de torres de plastico que por dentro llevaban algunas palas del mismo material, muy colorido.
Con curiosidad se levantó estirando su cuello para poder verlo mejor, ya que la escasa aglomeración le impedía ver a lo que parecía lo más pintoresco el sitio, y no sabía si se refería a los juguetes o a la personita que los cargaba.
Esa acción no pasó desapercibida por su padre que intentaba dirigir su vista a donde el infante lo hacía.
Finalmente el objeto de curiosidad del de ojos laguna fue dejado en un espacio de merecida apreciación, ya no se interponía ninguna molestia. Se trataba de un niño, sumamente pequeño y, a ojos de Sigurd, el más agraciado y bello que había visto, si bien no podía distinguir todos su rasgos, su mejillas regordetas, su lacio cabello color carbón y su piel canela notoriamente tersa; eran suficiente como para catalogarlo precioso.
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Week Kaigurd
Short StoryLa idea de la week es de @Y0UNG0DD3SS Personajes: Kai: Playexperienze y Sigurd: Askalplay