Capítulo Dieciséis

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** Es corto, pero tiene Smut **

Harry despertó en su cama la mañana siguiente, sintiendo su brazo entero adormecido. Era una sensación muy desconcertante, especialmente cuando no podía explicar por qué se le caía todo lo que tomaba con esa mana. Harry no quería causar preocupación involuntaria, pero también tenía un horrible sentimiento en su estómago acerca de todo.

—Tengo una forma de encontrar a Charlie y Ariel —dijo Harry después del desayuno.

—No nos va a gustar esto, ¿verdad? —Remus le preguntó.

—Probablemente no. De todos modos, es nuestra mejor opción. Estoy entrenado en caza...

—No —dijo Sirius inmediatamente.

—Estoy entrenado en caza; todo hombre lobo lo está y soy muy bueno en eso. Remus también puede venir, ha sido entrenado. Creo que podremos obtener un buen radio de ubicación si me conecto con él otra vez y Snape está aquí haciendo Legeremancia. Si conseguimos eso, un pequeño grupo de hombres lobo puede ir ahí y rastrearlo. Mientras hacemos eso, todos los demás estarán aquí planeando un ataque.

—Harry, tienes veintisiete semanas de embarazo, no puedes seguir haciendo esto —dijo Sirius.

—Puedo seguir haciendo esto hasta el nacimiento o hasta que el sanador me ponga en reposo en cama, y lo haré.

—No hasta que nos digas qué pasó ayer —dijo James sacudiendo la cabeza mientras se cruzaba de brazos y se levantaba del sofá—. ¿Qué demonios fue eso?

—Nada, sólo tuve una mala noche —Harry sabía que todos podían notar que estaba mintiendo; se había vuelto muy malo en ello ahora que Remus y Sirius de verdad actuaban como sus alfas y estaban completamente listos para llevarlo a una cabaña secreta que Sirius había comprado sólo para que nadie supiera su ubicación. James y Lily tenían trasladores de emergencia hacia ahí, pero Sirius y Remus no compartieron la ubicación, sobre todo porque ahora era el espacio seguro de Harry. Todo el nido de Harry, su casa de castigo, su casa de caída, o lo que sea que necesitara estaba ahí. Remus y Sirius sólo iban con él cuando eran invitados o cuando tenían que. Harry lo amaba, amaba la privacidad y el apretado espacio y las muchas protecciones que empapaban su cuerpo traspasaba las barreras. La cabaña tenía habitaciones extras para cuartos de bebé porque esa iba a ser la ubicación para el nacimiento si eran capaces de hacerlo sin complicaciones, pero en su mayoría, era completamente el espacio privado de Harry.

—Harry —dijo Remus, alzando una sola ceja.

—Sentí algo... a través del lazo —cedió Harry, viendo como los cuerpos de su familia se tensaban y todos se removían de alguna forma.

—¿Qué sentiste? —preguntó Lily, pero Harry negó con la cabeza, desviando la mirada. Desafortunadamente, eso fue lo suficientemente malo para que su mamá se cubriera la boca con la mano y agarrara la mano de James con la que tenía libre—. Harry.

—Podría estar equivocado. Podría estar llegando mal. Algo —alegó Harry, tratando de hacerle entender que porque Harry lo sintiera no significaba que fuera cierto

—Harry, al menos dinos qué piensas que pasó —habló James gentilmente, su voz quebrándose ligeramente.

—Seguramente estaba siendo violado y mi brazo izquierdo se siente completamente adormecido del codo hacia abajo. Se siente como que no está —Harry no vio como su mamá se pasó y dejó la habitación mientras se abrazaba a sí mismo y se sentaba en el gran otomano—. Podría estar equivocado, Charlie podría estar perfectamente bien —habló Harry suavemente, no queriendo perturbar el silencio que había caído sobre la habitación.

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