La Verdad Descubierta

Capítulo Uno

Cuando Harry se abalanzó sobre él, ninguno de ellos pudo apartar la mirada. Ninguno de ellos había visto pelear a los hombres lobo, habían visto pelear a Harry y aunque era aterrador, estaban asombrados. El tamaño de Harry era a la vez una ventaja y una desventaja. Se notaba que había estado en múltiples peleas, que tenía un excelente entrenamiento y que conocía puntos débiles en los que ninguno de ellos habría pensado. Obviamente, sabían que Harry sería bueno, que sería brillante, pero ver a Harry derribar lobos con movimientos tan precisos... era algo completamente diferente.

Luchaba incluso mientras veían cómo la sangre goteaba de su cuerpo o escuchaban sus aullidos ante las heridas repentinas. Harry continuó siempre asegurándose de alejar la pelea de la esquina. Sus instintos hablaban por sí mismos, ya que siempre se mantenía entre los lobos y la esquina en la que estaban todos. La integridad de Harry era tan obstinada como él y se mantuvo firme incluso cuando su cuerpo temblaba de agotamiento. Vieron cómo el cuerpo de Harry se agotaba poco a poco, vieron cómo sus piernas temblaban cada vez que tenía que levantarse de nuevo. Temían lo peor.

Lily tuvo que apartarse cuando Harry, Fenrir y otro lobo comenzaron a pelear. El objetivo había sido claro incluso para ellos. Fenrir había intentado montar a Harry, habían habido algunos acercamientos, sin embargo, Harry había sido rápido y despiadado. Ni una sola vez dejó que Fenrir saliera de su cubierta. Los aullidos, las súplicas y los alaridos de rendición hicieron que Lily se tapara los oídos mientras Harry lo ignoraba y mataba al lobo. Mató al lobo que se rendía, a dos lobos que se habían rendido sólo para que Harry los matara.

Fenrir y Harry lucharon brutalmente. La sangre estaba por todas partes en el suelo para entonces. Harry estaba horriblemente herido pero de alguna manera seguía luchando. Seguía luchando incluso cuando Fenrir arañó su vientre bajo, dejándole tres cortes que manaban sangre. Esencialmente vieron a Harry luchar hasta que se desangró, excepto que Harry ganó. Harry había ganado la pelea. Sin embargo, antes de que pudiera registrarse, Harry cayó sobre un charco de sangre y sus cuerpos se congelaron.

—¡Harry! —Remus fue el primero en moverse, el que rompió el hechizo. Remus se deslizó en la sangre junto a la cabeza de Harry y lo agarró dejándolo suavemente en su regazo.

—Harry... Harry —James, Lily y Sirius rodearon al lobo ensangrentado frenéticos y sin saber qué hacer.

—¡Jasper! Necesito que aúlles al sanador. Sally ve a buscar las mantas de repuesto en el armario —dijo Milo mientras se dejaba caer al lado de Harry y lo ponía de espaldas con su ayuda.

—¿Qué hacemos? —Preguntó James.

—No lo sé. Nunca he tenido que lidiar con algo tan profundo y sangriento. Joder... qué hago... um... ¡presión! Aplicamos presión para detener la hemorragia —Milo agarró las mantas que le ofrecía una joven y ayudaron a aplicar presión en el bajo vientre de Harry, escuchando un suave aullido y gemido—. Eso es bueno. Todavía está despierto. Bien... um... No sé. Creo... creo que tenemos que darle algo para que vuelva a su forma de lobo. Hay una poción...

—Harry está tomando una poción que podría reaccionar mal con otras pociones, es una poción cerebral.

—Mierda. Mierda. Um... vale. Creo que... —antes de que Milo pudiera decir algo más, un sanador estaba allí y estaba revisando a Harry con su varita. Harry volvió a gemir y su pierna dio una patada.

—Está bien Harry. Estará bien —dijo Remus apretando su cara contra la de Harry—. Estarás bien —los ojos de lobo de Harry se abrieron lentamente y miró a Remus—. Ahí tienes, mantente despierto cariño.

—Está perdiendo mucha sangre. Tenemos que trasladarlo a una habitación y ponerle una transfusión de sangre. ¿Cuál es su tipo de sangre? —Dijo el sanador.