★10★

546 22 1
                                    

Narrador Omnisciente

Eran las nueve de la noche. La familia de Mei estaba comiendo como era costumbre, ____ también estaba allí, no pintaba nada allí, era lo decía, pero Ming insistió en al menos estar allí para comer.

Cuando acabaron de comer todos, empezaron a recoger los platos y cubiertos con los que habían comido. Ya era la hora del ritual. Mei se dirigió a su habitación para cambiarse. Mientras tanto, la familia esperaba, y cuando el reloj dio las diez y media, le avisaron a _____ de que vaya a decirle a Mei, que se dé prisa.

_____ fue hacia la habitación de Mei y tocó tres veces.

-¿Mei? ¿Puedo pasar? - preguntó _____, y se escuchó como ella le daba permiso a entrar - Wow, me encanta esta túnica / Kimono lo que sea, ¡te queda muy bien!

-Gracias... ¿Te puedo preguntar algo, _____? - le dijo seria

- Claro...

- ¿Crees que hice bien en dejar a mis amigas? - preguntó Mei, mirándose en el espejo

- ¿Quieres mi opinión?- asintió - ¿Segura? - esta vez tardó en aceptar a que _____ respondiera su pregunta, pero lo hizo. ____ soltó un suspiro pesado - La verdad es que... Creo que no fue muy sabio de tu parte dejar a tus amigas de lado, después de lo que habéis hecho juntas. Aunque también digo que desobedecer a tu madre no está bien. Escaparte de casa por el simple capricho de conseguir dinero para ir a un concierto, el cual tu madre no te dejó, no está bien, pero tampoco puedo decir mucho... Fui cómplice, lo sé, pero creo que deberías hablar con tus ellas, se sienten traicionadas, se supone que ibais a ir las cuatro, no ellas solas, pero no había remedio, ¿no?

El silencio se apoderó de la habitación, las dos se quedaron calladas hasta que ____ volvió a hablar

- Ya es la hora, deberíamos ir.

- Sí... - las dos salieron de la habitación de Mei y se dirigieron al patio donde la familia las esperaban.

Mei se puso en el centro de un círculo, que el chamán había dibujado anteriormente, y el resto se pusieron al rededor de este. La familia de la niña, empezaron a cantar y hacer música con campanas pequeñas y cajas chinas (Sí, existen, en mi país se llaman así... ;-;). De un momento a otro, la pelirroja empezó a levitar llevándola a un bosque lleno de bambús. Hasta que encontró a una mujer hermosa que la llevó a un espacio donde en el medio había una especie de espejo circular. Mei alzó su mano para tocar el espejo, pero pudo pasar la mano al otro lado, así que se adentró más, haciendo que una pata roja empiece salir del espejo. Mei se asustó por eso, y quitó la mano, a lo que la pata roja también desapareció, haciendo entender a la pelirroja, que si pasa por el espejo, solo que dará ella y el panda se irá. Al principio, no dudó nada en pasar por el espejo, pero le costaba, como si el panda estuviera pegada a ella.

En otro lado, los familiares de Mei, seguían cantando y haciendo música, y se podía ver a Mei, moviéndose en el aire como si estuviera atada a algo y quiera liberarse.

Volviendo con la niña pelirroja, esta estaba a punto de separarse del panda, cuando miró atrás. Veía al Panda y recordó todos esos buenos momentos que pasó con él, con sus amigas... Y decidió quedarse con el panda rojo, así que se abalanzó hacia atrás.

Un humo rosa apareció, y los allí presentes tosieron por el mal olor. Cuando el humo desapareció, dejando ver a un panda rojo. El ritual había fracasado.

- Mei... No pasa nada, lo volveremos a intentar... Esta vez funcionará - le dijo su madre

- ¡No! - dijo Mei, dejando a los demás sorprendidos - Me quedo al panda

MI LUZ AL FINAL DEL TÚNEL || Robaire y t/n (female reader) • 4★TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora