Cartas de Amor para el Monstruo de Gryffindor #1

Epílogo

Estaba agotado y con el aire apenas pasando por sus pulmones, jamás había corrido tanto como en aquel momento, subía los peldaños de la infinita escalera de a dos mientras Remus pisaba sus talones y Peter corría por otra parte del castillo en busca de madame Pomfrey. No sabían que es lo que encontrarían al llegar a lo alto de la torre de Astronomía y por ello debían prepararse para hasta el peor de los escenarios.

Había encontrado la carta sobre la cama de James hace apenas cinco minutos, la leyó en uno y luego corrió en busca de su mejor amigo, el cual había visto momentos antes de entrar a la habitación que compartían. 

No lograba entender la situación, sin embargo no se quedaría a reflexionar ello, lo único en su mente era salvar a su hermano. Sirius no dejaría que James muriera.

Visualizo la cabellera desordenada del Gryffindor apenas llegó al final de las escaleras, pudo verla apenas unos segundos antes de que desapareciera, James había saltado. Sintió como su pecho se contraía y como sus piernas involuntarias corrían hasta el borde de la torre, desenfundó su varita y saltó al vació tras su mejor amigo.

— ¡Sirius! 

El viento azotaba su rostro frio y su cabello suelto se revolvía con el mismo, James se encontraba apenas un metro de distancia de él mirandole como si fuera el estupido más grande de la tierra y aquello seguro era algo que nadie discutiría. Ambos caían con una rapidez abismante y los nervios de Sirius se volvían cada vez más grandes al estar tan cerca del suelo pero no de James.  

Estiró su brazo hasta el otro Gryffindor rogandole con su mirada que le tomara la mano, de aquello dependía la vida de ambos y es que Sirius no se iría sin James, y James no se iría sin Sirius.  Cuando el tacto frio de la mano se unió a la suya a apenas unos pocos metros de tocar piso, Black sintió nuevamente sus pulmones llenarse de aire y con un pase de varita los desapareció hasta la torre de Astronomía.

Ambos cuerpos cayeron como peso muerto en el suelo de piedra justo tras un lloroso Remus, el más alto de los merodeadores cayó de rodillas mientras lloraba desconsoladamente aunque nadie allí sabía si de alivio o aflicción.

Sirius Black se volteó a ver a James, el castaño lo miró apenas un segundo antes de lanzarse sobre él.

—¡Debías dejarme!  — grita. — ¡Debias dejarme ir con él, Sirius!

James lo golpea debilmente mientras llora, el primogenito de los Black solo puede caerse a pedazos mientras intenta sostenerlo en sus brazos dejando que el miope grite, lloré y lo golpee.

—Lo resolveremos, hermano.  — apenas es un susurro pero aquello calma ligeramente el desastre que es James. — Te juro que haré que haré que vuelvas con él, pero por favor no me dejes ahora Prongs. Él no lo querría.

No conocía mucho a Severus Snape más allá de la parte en que ellos le jugaban bromas, sin embargo podía estar increiblemente seguro de que si Snape en vida amó tanto a James jamás lo abría dejado hacer lo que él hizo.

Miro hacía el cielo increiblemente nublado y prometió silenciosamente que haría lo que fuera para que James Potter fuera feliz al lado de un muy vivo Severus Snape.

 Ya vería como resolvería aquel último punto...

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Mentira seguimossss, apoco creían que dejaría la historía hasta aquí.

La Segunda parte de este escrito ya se encuentra en mi perfil como "Salvando a un desgraciado Slytherin", no se lo pierdan.

-snakevod