Capitulo 1

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Rosabella había salido a dar una vuelta por el mercado, los empleados de su casa habían insistido en ir ellos, más la joven no desistió de su idea ya que de paso quería pasar por la librería del pueblo para echar un ojo y ver sino había alguna nueva aventura que la esperara.

Caminaba tranquila, con una cesta en mano, a la cual le iba agregando la fruta que compraba y uno que otro pan dulce. A punto de girar en la esquina para entrar en su amada librería vio a un cachorro buscando comida entre unas bolsas de basura afuera de un bar. El corazón le dolió al ver esa lamentable escena, busco entre las vendedoras y vio a una que vendía justo lo que en ese momento necesitaba. Compró un poco de comida para cachorro y así, cuando se acerco al animal, se agachó quedando a la misma altura y saco de la bolsa las croquetas que necesitaba.

—Pobrecito —dijo al ver como el pequeño cachorro comía desesperadamente el alimento que Rosabella le había dado —Quien sabe desde hace cuanto no comías... —sus palabras se interrumpieron cuando un portazo se hizo presente, venía del bar lúgubre, del cuál dos personas iban saliendo, una chica y un chico, ambos con la ropa desordenada y la chica con el maquillaje arruinado, pero ambos con señales de lo que había pasado...

Rosabella identifico al chico rápidamente, su cabellera rubia, su piel clara y su altura destacada, era Daring Charming, el famoso príncipe que, según tenía entendido, había venido a pedir la mano de la princesa Apple. Rosabella sabía que debía dejar de mirar, por lo que regresando su mirada al cachorro tomo la decisión de llevarlo consigo, después de todo, a su padre no le molestaría... o eso quería pensar.

Tomo al cachorro en el brazo libre y se elevo del suelo, pero justo al girar, chocó con un cuerpo más alto que el de ella. Y ni que se mencione la suerte de la chica, pues justo ahora se encontraba frente a frente con el famoso Charming.

—Lo lamento —se disculpo con la intención de esquivarlo y seguir su camino

—No hay problema, ¿señorita...?

Ella no quería decirle su nombre, no sabía porque pero no quería, al igual que sabía que era descortés dejar a una persona hablando o en este caso preguntando, y Rosabella no era descortés. Regresando su mirada al joven respondió:

—Rosabella —le dio una corta sonrisa y volvió a girar con la intención de irse pero cierta persona no tenía la misma intención.

— ¿La puedo invitar a una bebida, señorita Rosabella? —Dijo haciéndole señas al bar

—Se lo agradezco, pero no tomó. Ahora si me disculpa... —Ella en serio quería ir a la biblioteca pero claro, él no.

—Oh, entonces podemos ir por un refresco si le parece.

—De nuevo, se lo agradezco pero tengo prisa.

—Ah es una pena... pero ¿Qué tal si la acompaño?

— ¡No! —Respondió rápidamente y dándose cuenta corrigió —Digo, no, no es necesario, además supongo que usted tendrá cosas más importantes que hacer —fingió una sonrisa.

—Pues verás que no —<<Vaya, ahora la tuteaba>> pensó ella.

—Uh, pero igual. No se preocupe. Voy sola. 

—Y como no preocuparme, una bella dama andando sola, las calles pueden ser peligrosas...

—Se cuidarme —respondió con los dientes apretados ignorando el "Bella"

—Eso es lo que tú crees. Pero verás, no estaré tranquilo hasta acompañarte a tú casa. —<<Esto es caso perdido>> pensó Rosabella

—Esta bien —disimulo un suspiro gigante

Caminaron con Daring intentado establecer una plática, a lo que ella respondía con la cabeza y raras veces con monosílabas

—No se, pero algo me hace creer que no soy de tu agrado Rosabella —Ella juraba que si hubiera estado consumiendo alguna bebida se hubiera atorado.

— ¿Usted cree? —Intento no sonar sarcástica. El chico no le había hecho nada, pero el simple hecho de haberlo visto saliendo de ese lugar con otra chica cuando esta de visita para básicamente comprometerse, le desagradaba en un grado mayor.

—Sí, lo cual me parece casi imposible, porque todos me aman —Y allí aparecía un defecto más, no es que ella no los tuviera pero este chico era el egocentrismo y narcisismo en persona.

—Creo que no conoce la humildad —Se atrevió a decir

— ¿La qué?

No sabía si era una burla, pero no estaba dispuesta a seguir con esto

—Aquí vivo —soltó de pronto, parando frente a una humilde y pequeña casa la cual no tenía nada que ver con ella.

— ¿Es en serio? —Preguntó él dudoso

— ¿Por qué mentiría? —Se excuso a responder la anterior

—Umm es que no parece que vivas aquí.

—No entiendo que quieres decir —se atrevió a tutearlo, cosa que agrado al chico —Pero este es mi hogar. —Tal parecía que el cambió de ella al tratarlo lo había desviado del tema principal, haciendo que apareciera una sonrisa corta pero sincera la cual de una extraña manera agrado a Rosabella

—Si lo dices tú, Rosabella, lo creo —Una punzada de culpa ataco a la joven— ¿Te parece si nos vemos mañana? —Él se atrevió a preguntar dejando estupefacta a la chica

— ¿Qué? —Pregunto ella. Sin esperarlo el se acerco a su oído y susurro:

—Digo, es lo mínimo por no decirme dónde vives.

— ¿Qué...? Digo, ¿No acabas de decir que me crees?

—Dije eso para que no te molestaras, pero si decides no verme mañana tendré que buscar tu ubicación...

— ¡Eso es acoso! —Exclamo la joven sorprendida y medio molesta.

—No lo es cuando no estoy buscando hacerte algo en contra la ley.

— ¿No te has puesto a pensar que quizás no he hablado contigo y no te he dicho donde vivo porque eres un desconocido?

—Si fuera eso, te hubieras escapado como sea, pero no fue así. Así que dime, Rosabella, ¿Por qué no quieres reunirte conmigo mañana? Te podrías... divertir mucho —dijo mirándola de arriba abajo con los ojos un poco oscurecidos.

—Por eso mismo —lo señaló —"Tú solo quieres jugar conmigo"

"<<Si jugar contigo quiere decir ganar tú corazón para que sea solo mío, permíteme decir que jugaré hasta morir.>>" Él no sabía porque lo había pensado, quería decírselo pero en cambio respondió:

—Si no me das la oportunidad de conocerte, no sabrás si tu hipótesis es cierta o no. —Ella suspiró.

Había dictaminado mal a este chico, supo que había caído en un agujero de alguna manera y no saldría hasta que Daring lo decidiera, y Daring era consciente de esto y por alguna extraña razón no estaba dispuesto a que eso pasará

—Esta bien —suspiró frotándose la frente.

—Muy bien, señorita Rosabella. Hasta mañana —Rápidamente tomo la mano de Rosabella y posó un beso en ella.

Algo le decía a ambos que todo esto solo era el inició de algo interesante.

❥︎Tú y yo, ¿𝓼𝓲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora