Capitulo 6 - El fin

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Los finales felices siempre eran los favoritos de Rosabella, por eso, aparte de tener como favoritos a los libros de ficción y misterio, amaba los que contenían romance y que ambos terminaban juntos. Era el sueño de muchas lectoras aunque lo negaran. Tener no un príncipe azul, pero si alguien que las amaran tal y como eran.

Pero claro, las cosas bellas y felices solo sucedían en los libros.

Ahora ella estaba en una sala con paredes blancas con toques dorados, rosas rojas adornaban por doquier, clásico distinguido de la familia Beauty-Beast; con un vestido rojo coral que combinaba con sus mechones de cabellos los cuales caían como cascada a su espalda, zapatillas bajas en tono crema y una no tan grande pero si algo llamativa corona de rosas de oro pintadas de rojo con perlas sobre su cabeza.

Al enterarse de la verdad que sus padres habían ocultado por años, su única reacción fue "Oh". En cierta manera no le había costado mucho adaptarse a su nuevo título, pues sabía que era noble, lo que si era las nuevas actividades que este traía consigo.

Las reuniones no era el problema, pero si lo había sido su "Fiesta de bienvenida" la noche anterior cuando miles de nobles "interesados" en su princesa, se acercaron. Las invitaciones a una pieza de baile habían sobrado. Había terminado cansada, pero ni eso había impedido que dejara su único pensamiento en toda la noche.

Había escuchado de su padre que su futuro "prometido" estaría al día siguiente, razón por la que se había vestido tan formal. No sabía nada de él, pues no había querido preguntárselo a su padre, esperaba conocerlo en persona, a recibir información sobre él.

Tanto su padre como su madre habían tenido una conversación con ella, preguntándole y volviéndole a preguntar si quería y si estaba segura. Ella, a pesar de su insistencia, había dicho sí. Sabía que lo que hacía no era muy correcto, pues su corazón amaba a alguien más, pero ese alguien ahora estaba quizás felizmente casado y gobernando.

No lo sabía con exactitud, pues cada que escuchaba el nombre con inicial "D" que era prohibido para su corazón, rápidamente se retiraba con alguna vaga escusa.

Después de todo, este día pedirían su mano oficialmente. Ella aceptaría no por su pueblo, sino por su corazón, ya que su mente le exigía olvidarse de cierto rubio, mientras que el chico con el cual se comprometería pues... no sabía ni cual era la razón de él, pero tal vez pronto lo descubriría.

No estaba nerviosa, a pesar de no tener a nadie a su alrededor. Aún se preguntaba porque sus padres no querían estar presentes. Sencillamente la habían dejado sentada en una silla acolchonada, de espaldas a la puerta con una taza de café con leche a su disposición.

<< Quizás ellos ya lo conocen >> pensó.

Tomó otro sorbo de su dulce bebida justo antes de escuchar la puerta abrir. Tenso los hombros y espalda un momento, respiro y dejo en su lugar la taza mientras se levantaba, alisaba su vestido y se preparaba para ver al hombre con quien se casaría dentro de poco.

Giro sobre su eje e hizo una leve reverencia antes de tan solo mirarlo.

-Buenas tardes -saludo mientras flexionaba sus rodillas.

-Rosabella...

No estaba aún estable cuando la voz llego a sus oídos y la hizo perder el poco equilibrio y caer. Le preocupo poco el dolor en su tobillo al caer con este doblado, pues dirigió su mirada a la persona frente a ella y un sinfín de emociones la atacaron.

Su cabello seguía siendo el mismo rubio, su piel clara y sus ojos azules que muchas veces le habían dedicado miradas, su sonrisa, la cual no mostraba dientes pero si era real... y eso fue lo que más la lastimo.

❥︎Tú y yo, ¿𝓼𝓲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora