Capitulo 5

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Tres semanas se cumplían en ese amanecer, el sol brillaba radiante y creyó que se burlaba de ella pues justo en el mismo reino la afamada boda se llevaría a cabo, mientras que con ella no había noche que no llorará y sabía que su nana la escuchaba pero le agradecía que le hubiera dado su espacio.

Todo estaba empacado, al anochecer se iría, así evitaría toparse con cualquier persona, puesto que la mayoría estaría en la gran cena de banquete por la boda de sus regentes y ella... ella iría al reino vecino, pues según tenía entendido sus padres tenían algo importante que decirle y si era importante en realidad lo era. Por suerte tanto su nana como Lumiere y Fifi la acompañarían, pues básicamente se estaba mudando y ellos habían trabajo con su familia, no la dejarían.

Salió tarde de su habitación, bañada y vestida por completo. Noto como todas las paredes estaban vacías. Había pedido a su padre no vender la casa, pues era el lugar donde ella había crecido, no fue necesario decir más, pues claro él concedió su pedido diciéndole que a lo mejor, a futuro la visitará con sus futuros hijos. Ella solo asintió a eso sin agregar más.

Ahora, viendo como apenas era pasado medio día y los empleados empezaban a subir sus maletas y cajas, algo pulso dentro de ella. ¿Decepción? ¿Tristeza? Solo yéndose le pasaría o eso se decía.

Comió y luego fue a dar un paseo por el jardín, quedándose sentada junto a las rosas en donde paso horas y horas solo observándolas hasta que Lumiere llego.

Mademoiselle —<<Señorita>>

Oui? —<<¿Si?>> respondió

C' est l'heure —<<Es momento>> esas palabras fueron suficientes para ponerse en pie y caminar junto a él

—El tiempo pasa rápido, ¿no, Lumiere?

—Está usted en lo correcto, alteza. Recuerdo aún cuando su madre nos compartió la noticia de que usted venia en camino. Todos estábamos más que felices, si bien es cierto, no estábamos en un buen momento, usted nos dio alegría y felicidad, pues el legado de la primavera seguiría.

—¿El legado de la primavera? —pregunto curiosa.

—Las rosas rojas, niña. Tanto sus padres como usted tienen el donde cultivar esas rosas, son únicas si se da cuenta. Solo los Beauty-Best tienen el don y estas son básicamente el símbolo de la primavera. —Entonces Rosabella lo pensó, al llegar la primavera cada reino pedía tres docena de rosas rojas a su familia, así como lo hacían con Briar para el otoño, con Ashlynn para el verano y con Crystal para el invierno.

Tradición de reinos supuso; aunque las demás si eran princesas, incluyendo su prima, pero Rosabella entendió, luego de una extraña explicación de Ding Dong, que en el caso de ella nada más era noble lejana.

—Umm lo entiendo. —dijo y siguieron avanzando. A punto su subir al carruaje, Rosabella pregunto a Lumiere, luego de escuchar un replique de campana, la hora.

—Son las 6 menos un cuarto, señorita. —La boda estaría pasada la mitad y si no se equivocaba a punto de decir el Si, acepto. La escena le causo picar los ojos. No lo volvería a ver y ella lo extrañaría y mucho.

Inconscientemente llevo sus dedos a sus labios mientras el nudo en su garganta no la dejaba respirar. Mordiendo su labio elevo un pie para subir al carruaje, ¿Eso era lo mejor, no? Este era el final.

***

Daring sabía lo que sentía en ese momento, había hablado con Apple días antes...

No te amo, y lo sabes...

Ni yo a ti Daring. Pero recuerda lo hacemos por nuestros pueblos.

¿Por nuestros pueblos vamos a vivir infelices?

❥︎Tú y yo, ¿𝓼𝓲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora