A veces el mundo se vuelve tan pequeño
que solo le pertene a él,
a veces los instantes se alargan
como si fueran a ser infinitos
y solo le pertenen a él.
Como la sonrisa que se forma en mi boca
cuando le veo aparecer
solo le pertenece a él,
como el impulso de entrelazar nuestras manos
cuando caminamos
solo le pertenece a él.
A veces poder parar el tiempo sería un placer.
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Domingos por la tarde
Poesía¿Qué se puede hacer un domingo por la tarde cargado de ansiedad? Escribir.
