No puedo explicar el dolor que siento,
se me revuelven las entrañas
cómo si fueran las mías, y no lo son.
Y pienso ¿por qué? si eres tan buena,
un ángel caído del cielo, pura bondad.
¿Por qué? si lo mereces todo,
incluso el privilegio de la vida,
de darla, de tenerla, de compartirla...
La importancia y la rabia se mezclan
con el dolor y la tristeza,
aparece la náusea a este mundo injusto
y despreciable.
¡Qué asco la crueldad del destino!
Tanto tiempo y esperanzas.
Todo empezó y ahí estaba,
todo sigue y aquí estoy,
todo continuará y allí estaré.
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Domingos por la tarde
Şiir¿Qué se puede hacer un domingo por la tarde cargado de ansiedad? Escribir.
