Capitulo VIII

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Tenerlo ahí parado frente mío era uno de los escenarios que habría querido evitar, pero también sabia que el mas probable, especialmente teniendo en cuenta que Sasuke me había advertido que lo haría, pero tenia la esperanza que cuando lo hiciera ya me encontrara fuera del territorio de los vampiros.

Pero fue tonto de mi parte pensar eso teniendo en cuenta de quien se trataba, es decir, tenia al vampiro mas rápido y letal de todos tras mío, pero debía ser fuerte y encontrar la forma de escapar también de él, no me daría por vencida después de haber logrado llegar tan lejos.

-Te vas- dijo enderezándose con una voz tranquila y profunda que hoy mas que nunca lograba ponerme nerviosa, podía escucharse suave e indiferente, pero ella sabía lo cruel que era ese ser frente suyo...- sabes que solo aplazas lo inevitable, y que huir no te servirá de nada.

-Lo sé, pero aun así me iré, no puedo aceptar ese destino sin buscar otra alternativa, no estoy dispuesta a rendirme- mi voz era baja como un susurro, pero sabía que él podía escucharme perfectamente, cambie a una voz más fuerte y firme antes de continuar - encontrare la forma de ser libre, aun si para ello debo huir por siempre, lo hare.

Odiaba cuando el usaba su don en mi, desde hacia años que no la había vuelto a hacer como había prometido, pero ahí estaba yo soltando mis verdades a causa suya. Poco a poco sentía como su control sobre mi menguaba hasta desaparecer, supongo que esta era uno de los momentos que él consideraba necesario para romper su promesa.

Sus ojos no cambiaron de expresión durante toda la conversación, siempre fríos y oscuros, tras esas palabras dejaron ver un brillo carmesí que me hizo dar un paso atrás de puro reflejo. Comenzó a acercarse a paso lento hasta quedar a solo centímetros de mí, antes de extender una mano hasta mi rostro, obligándome a cerrar fuertemente los ojos y subiendo mis puños hasta mi pecho en un vano intento de protección.

Sus fríos dedos se deslizaron desde mi frente hasta atrás de mi oreja retirando un mechón de cabello de mi rostro para luego trazar otro recorrido por mi mejilla hasta los labios donde se retiraron rápidamente dejando pese al tacto frio una sensación sobre mi piel.

Lo sabía, solo él podía causar todas esas sensaciones contradictorias en mí. Mi corazón gritaba que corriera a sus brazos y me refugiara en ellos, pero mi mente sabía que eso solo eran los efectos que las toxinas causaba en mi cuerpo, no era real por mas que me lo pareciera. Era un engaño, un falso amor. Y no permitiría que se aproveche de ello para hacer conmigo lo que quisiera. No seria un títere en sus manos, ni hoy ni nunca.

Al abrir los ojos lo encontré a unos pasos a mi derecha recostado sobre el tronco de un árbol de manera relajada con los brazos cruzados sobre su pecho mirándome fijamente con sus oscuros ojos nuevamente, su pálida piel iluminada por la luna le daba un aspecto hermosamente oscuro, era muy apuesto para cualquiera que lo vea, no lo podía negar, siempre le parecía muy guapo desde el primer momento en el que lo conoció, y con los años esto solo fue aumentando con el tiempo, y con sus 20 años, Itachi era el hombre mas atractivo que sus ojos hayan visto, pero aun así era solo un sebo para aquellos pobres que caían en sus garras.

- Adelante, te puedes marchar, no pienso detenerte es más, te daré el tiempo suficiente para que disfrutes de tu tan ansiada libertad

No podía creerlo, realmente me estaba dando la oportunidad de ser libre. Mi corazón se calentó ante sus palabras, ¿será verdad que estaba dispuesto a dejarme libre y perder todo por lo que estaba trabajando?, ¿será que me había equivocado con él y realmente no busca el trono cuando se acercó a mí?, será que todas sus palabras sobre que yo era lo único que realmente él quería fueran ciertas?... el solo pensamiento de que realmente me amara tanto como decía hacerlo calentaba mi corazón con tal intensidad que parecía que las llamas de una hoguera llenaban mi ser.

CALIDA OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora