Alguien te ama [Someone Loves You]

9. Fascinante

—¿Qué le pasa, P'Suea? —preguntó Oun, quien asumió el papel de mediador, acercándose para preguntar a Suea, ya que nadie había podido hablar con él desde la mañana.

—Nada.

—¿Seguro?

—Sí.

—De acuerdo, si P'Suea dice que no es nada, entonces no lo es. Pero si necesita hablar de algo, puede contar conmigo —dijo Oun antes de alejarse del rincón donde Suea estaba organizando libros.

—Espera, Oun.

—¿Sí?

—Rome, el hermano menor del señor Tin, ¿es gay?

—¿Qué? ¡¿Cómo?! —Oun elevó la voz, sorprendido de que Suea le hiciera esa pregunta.

—¿Por qué preguntas eso, P'Suea?

—Nada, solo lo vi un poco refinado y se me ocurrió preguntar. No es que me importe —dijo Suea rápidamente, sintiéndose incómodo cuando Oun se acercó, mirándolo con desconfianza.

—¿Refinado? No me parece para nada —respondió Oun. Para él, Rome era un joven mestizo, atlético y muy guapo, digno de ser un modelo de primera línea.

—Entonces, ¿no lo es, verdad? —Suea se sintió un poco aliviado, pensando que el chico travieso solo lo estaba engañando.

—No lo sé —respondió Oun, destruyendo cualquier esperanza de Suea. Entonces, ¿lo era o no? ¿De dónde podría obtener una respuesta clara? ¡Maldita sea! Había besando a ese chico travieso durante tanto tiempo, y no quería admitir que, de alguna manera, también había disfrutado.

—P'Suea.

—¿Eh?

—Creo que hay algo raro. ¿Pasó algo anoche?

—No, no pasó nada —respondió Suea rápidamente, tal vez demasiado rápido, lo que lo hizo parecer más sospechoso.

—No pasó nada, Oun. No pienses demasiado.

—Está bien, si dices que no pasó nada, entonces no pasó nada —respondió Oun, soltando el tema y volviendo a su trabajo.

Suea exhaló lentamente. Todo por culpa de ese chico travieso. Si lo hubiera llevado a pasar la noche en la habitación de Oun, el problema habría terminado. Pero bueno, tampoco podía culparlo completamente. No había llegado a su condominio hasta las tres de la madrugada. No era hora de molestar a nadie. ¡Ah, lo que sea! Ya no quería pensar en ello.

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—Oun, hablé con el señor Tin —dijo Fah inesperadamente.

—¿Qué? ¡¿Qué?!

Oun estaba completamente sorprendido. No esperaba que su amiga mencionara algo así sin previo aviso.

—Te digo que hablé con el Sr. Tin hoy.

—¿Y qué dijo P'Tin?

—No dijo mucho. Seguía sonriendo —contestó Yada mientras enrollaba unos fideos de espagueti en su tenedor. Ella y Oun estaban almorzando juntos.

—¿Puedo preguntar de qué hablaron?

—Claro, te lo iba a contar de todas formas. Por eso te invité a almorzar —Yada se limpió los labios con una servilleta antes de recostarse en la silla.

—El Sr. Tin vino hoy a revisar unos documentos, y me invitó a cenar esta noche. Le dije que estaba ocupada, pero le agradecí su amable invitación.

—¿Eso es todo? —preguntó Oun cuando vio que Yada no continuaba con la historia.