32. Con amor y respeto.

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—Hola, señor Than —saludó Oun a Thanwa, quien rara vez pasaba por la cafetería en persona.

—Hola, Oun. Me gustaría lo de siempre, por favor.

—De acuerdo. ¿Hoy no vino la señorita Nalinee a trabajar? —preguntó Oun refiriéndose a la secretaria de Thanwa, quien solía encargarse del café de su jefe cada mañana.

—Tuvo que hacer un recado antes de venir, llegará más tarde.

—Entendido. ¿Va a tomarlo aquí o lo lleva a la oficina? —Era raro que Thanwa se quedara a tomar café allí, pero Oun tenía que preguntar por cortesía.

—Lo tomaré aquí, Oun. Trae otras dos tazas para Tin y Thorn también —respondió una voz detrás. Era Tinphat, que salía de la oficina junto con el pequeño Talay.

Tinphat había venido a dejar al niño en la cafetería. Por su parte, Chonlathorn visitaba a Yada cada mañana, aunque a veces no coincidían. Aun así, él se esforzaba en ir todos los días, sin faltar ni una mañana ni una tarde.

—Oun, siéntate a comer con nosotros —invitó Tinphat a su pareja. Tenía algo que quería discutir con él.

—Claro —respondió Oun, asintiendo hacia Mao. No necesitaba dar instrucciones porque tanto Mao como Mok ya sabían lo que bebía cada uno.

—Siéntate, P'Oun. Yo llevaré las tazas a la mesa —dijo Mao, tomando el control.

—Y no olvides el chocolate para Talay —agregó el pequeño jefe con una gran sonrisa que cerraba sus ojos.

—¡Claro, jefe Talay, ahora mismo lo preparo! —contestó Mao, haciéndole reír.

—Ahem... solo la mitad, ¿de acuerdo? Si no, el jefe Oun me va a dar una patada —bromeó Mao exagerando su miedo, lo que hizo que Oun quisiera realmente darle una patada esta vez.

—¡No! — protestó Talay, cruzando los brazos con un puchero. ¿Cómo podía darle solo la mitad?

—Acabas de comer, Talay. El tío Oun solo te dejará tomar la mitad —dijo con firmeza. Al oír esto, Talay, quien no quería disgustar a su tío favorito, relajó los brazos y esbozó una dulce sonrisa.

—Está bien, la mitad. Solo la mitad —aceptó, imitando a Oun.

—¡Ey, jefe! ¿Por qué me traicionas así? —se quejó Mao, rascándose la cabeza, sin poder hacer más que reír.

—Jeje, P'Mao fue abandonado —se rió Talay, encantado de la situación, lo que hizo que Oun, a pesar de intentar mantener la compostura, se llevara al niño a la mesa antes de soltar una carcajada.

—Oun, Thorn nos ha invitado a ir a descansar a Khao Yai. ¿Te gustaría ir?

—¿A Khao Yai? —preguntó Oun, pensativo. El clima estaba agradable en esa época, y le parecía una buena idea llevar a Talay a disfrutar de la naturaleza.

—Tengo un viñedo allí. Este viernes iré a supervisar la construcción de un estanque y pensé que podrías venir.

—¿Nos vamos desde el viernes? —Oun dudó. Su cafetería solo cerraba los domingos, y aunque ya tenía dos empleados, no le gustaba dejar el negocio muy seguido.

—Sí. ¿Podrías invitar también a los demás por mí? De hecho, desde que abriste, nunca has cerrado la cafetería. Sería una buena oportunidad para darle un descanso al personal también, ¿qué opinas, Tin? —Oun se dio cuenta de la verdadera razón detrás de la invitación cuando Chonlathorn terminó de hablar. No se trataba de él y Tinphat, sino de Yada.

—Vamos, díselo directamente, Thorn. Mi pareja es inteligente, ya lo entendió —dijo Tinphat, y Oun confirmó que había acertado.

—Entonces, sin rodeos, ¿verdad, Oun? Bueno, quiero pasar más tiempo con Fah. Hoy en día, ni siquiera me deja ir a recogerla o llevarla. A veces cuando vengo a la tienda, la encuentro, y otras veces no. Si la busco mucho, se molesta. ¿Podrías ayudarme a invitar a Fah a salir con nosotros?

Alguien te ama [Someone Loves You]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora