;; Tercera cita.

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¿Los gustos son subjetivos, no? Pues si. A HueningKai le agrada mas Luigi, a Soobin, Mario.

Y reconocer ese aspecto de la vida es importante sabiendo que a ambos especialistas les gustan cosas totalmente opuestas.

Lo único en lo que concuerdan es en que ese chico, sentado al fondo del pasillo afuera del consultorio de alergología –que está quedándose dormido en una posición donde parece exorcista– es un dios griego caído del cielo.

A penas es la hora del almuerzo, tienen una hora y ya ellos deciden en que ocuparla sabiamente. El consultorio de Soobin está en la segunda planta, es el conocido y lindísimo pediatra de planta en el hospital, o bueno, eso es lo que dicen todas las madres solteras cada que van a consultar.

HueningKai trabaja en el cuarto piso como dentista, en su recorrido baja a la segunda planta por su amigo Choi, y para que se hagan una idea de la estructura del hospital, el pasillo donde se encuentra el consultorio de alergología es el que da directamente a la salida.

Por lo que si, sus ojos enamorados de ese pelinegro están obligados a pasar por ahí.

Soobin miró a su compañero muy nervioso, con un sonrojo en sus mejillas abultadas y el corazón a mil, HueningKai no pudo evitar reír al ver ese estado en el atractivo-pediatra-Choi.

Creo que sé lo que piensas hacer. ㅡ murmuró el menor, negando suavemente. ㅡ Yo voy primero.

ㅡ Si es que lo logras, Huening.

El dentista entrecerró los ojos y enarcó una ceja. Soltando unos papeles que traía entre sus manos en cualquier mueble que apareciera en su camino solo para poner todo su empeñó en evitar que el idiota de su amigo llegara primero.

A Choi se le ocurrió empujarlo levemente con el hombro, para el contrario ese fue un símbolo de guerra absoluta. Empezando un estúpido forcejeo donde cada vez aumentaba la intensidad entre los empujones, llegando a pegar en una de las paredes en el extenso pasillo.

Mientras que, el ingenuo pelinegro, importandole poco la rivalidad de los dos médicos profesionistas, tomó dos sillas cual niño en quinceañera para dormir cómodamente en ellas.

Que te quites maldito, obviamente yo si tengo oportunidad. ㅡ dijo Huening, volviendo a empujar a su compañero de trabajo hasta la pared.

Quien te crees, enano que no pudo llegar al doctorado fuera de su ciudad natal.

Unos cuantos empujones más bastaron para que la línea de lo moral y lo inmoral se rompiera, y en uno de esos forcejeos terminó con Soobin en el suelo, completamente derrotado por la vida.

Ahora quien es el enano, sigue la ley del más fuerte. ㅡ dijo tan orgulloso Huening, corriendo hasta el final del pasillo para ir a ver a ese bonito chico que le espera.

Quien, por cierto, acaba de levantarse creyendo que el golpe que sonó fue su amigo dando un portazo, más sin embargo al enfocar notó como un chico sonriente se acercaba, y a unos pasos atrás está otro... En el suelo.

Literalmente, en el suelo, bocabajo.

B-buenos días, ㅡ murmuró el chico con su bonita bata blanca, perfectamente limpia, en su plaquita venía escrito "Kai Kamal Huening". ㅡ ¿Cuál es su nombre?

ㅡ ¿Yo? ㅡ preguntó, tan ido pues recién se levantaba. ㅡ Choi YeonJun.

ㅡ ¿Espera consultar con el alergólogo? ㅡ preguntó amable.

No, solo espero a mi amigo.

ㅡ ¡Oh! Lo entiendo, ㅡ Huening trató de sonar tan tranquilo, sentandose a lado del chico. ㅡ Disculpe... Sonará repentino, pero, ¿Podría darme su número?

YeonJun sintió que el corazón se le detuvo por un momento, no es nada raro que le pidieran su número, pero nunca espero que ese lindo chico –de quien creía que solo se le acercaría a ofrecerle una endodoncia– realmente estuviera preguntando eso...

C-claro. ㅡ balbuceó, sacando su celular de su mochila con nervios.

En ese preciso momento donde la mirada del pelinegro se desvió a otro lugar, HueningKai volteo a mirar a su compañero de trabajo –quien a penas se recuperaba de la caída– solo para fijarse directamente en sus ojos, esperando el momento justo donde sus vistas se encontrarán y poder murmurar: "Te gané" junto a un delicado gesto.

Soobin ardió en enojo, el dolor del golpe en su mejilla ya no le dolía tanto en comparación a esto.

Aquí tienes. ㅡ YeonJun hablo, sacándolo de su riña. Dando su número al profesionista que sin miedo alguno copió.

Muchas gracias, ㅡ dió una pequeña reverencia antes de irse, tan triunfante de haber conseguido ese número a la primera. ㅡ hablamos después, debo irme.

La mirada de Choi se fue embobada detrás del lindo chico que le acababa de pedir su número, no notando como otro segundo se acercaba –ya sin dignidad– con el mismo propósito, esperando fracasar estrepitosamente.

Disculpa... ㅡ Soobin se acercó con la mirada al suelo, poniendo las manos sobre las bolsas de su bata y resignandose a decir: ㅡ También... ¿Me podrías dar tu número?

¡Joder! ¡Dos seguidos! ¿¡Dormirse en lugares públicos es tan eficiente!?

O quizá lo veían con pena y le pidieron su número para dárselo a protección animal.

Claro, claro. ㅡ murmuró tranquilo, y en ese instante Soobin tuvo la necesidad de reprimir un gritito emocionado.

¡Ambos me pidieron mi número! ㅡ grito con entusiasmo YeonJun, con las mejillas rojas como adolescente en su primer amor.

Que yo recuerde ese es el número promedio de gente que te lo pide al día, es más, ¿Cuál es tu récord?

ㅡ Nueve. ㅡ dijo, tan seguro de si mismo. ㅡ Pero, oye, siempre son niñitos de preparatoria, ¡Esta vez fueron dos profesionistas! No es como que quiera ser un mantenido, pero...

ㅡ Dirás: "no suena mala idea, ¿verdad?" ㅡ dijo Taehyun, y YeonJun asintio. ㅡ Si, en fin, tienes la suerte de que todo mundo quiera estar contigo.

ㅡ Contigo también, Tae, no hagas drama.

ㅡ Pero de que me sirve si la persona que me interesa no me hace caso.

ㅡ Pues... Aquí me tienes, tu roomie que da los mejores consejos de ligue en toda la universidad.

ㅡ Como tú digas.

























ㅡ:: existe una versión alterna de uno de los párrafos de este capítulo, que a pesar de que no lo incluí oficialmente, debía enseñarlo JAJAJAKA

En ese preciso momento donde la mirada de YeonJun se desvió a otro lugar, HueningKai volteo a mirar a su compañero de trabajo –quien a penas se recuperaba de la caída– solo para fijarse directamente en sus ojos, esperando el momento justo donde sus vistas se encontrarán y poder murmurar: "Me la pelas" junto a un delicado gesto en forma de insulto.

En fin, soy el circo entero

੭ Allergic! ⨾ TaeGyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora