ERIKA
Voy a encontrarme con Seo Won y los nervios me invaden. Desde la mañana que estoy pensando qué decir o cómo actuar. Es innecesario elaborar un plan mental, pero me es imposible, quiero darle una buena impresión.
Estoy usando una blusa blanca y una falda rosa. Hace mucho tiempo que no enseño mis piernas, usualmente visto de jeans y ropa holgada por comodidad. Sin embargo, Hyo Ri seleccionó ropa de mi armario para que utilice a diario.
Si tengo que ser sincera conmigo misma, tengo mucha ropa bonita sin estrenar, con colores pasteles como tanto me gustan. Algunas prendas las adquirí por cuenta propia, otras gracias a regalos. Aún conservo ropa en mi antigua habitación en Busan, incluso le he dicho a mi madre que done a la caridad algo de ello. No se me hace justo guardarla cuando hay otras personas que podrían darle uso.
Son las cuatro de la tarde y el clima es precioso. La temperatura en Seúl suele variar de la tarde a la noche; por lo tanto, también traigo un sweater en mi mochila.
Estoy a una calle del Ipark mall en Yongsan. Los grandes edificios son inconfundibles. Demasiado altos, vidriados, y en calidad de negocios importantes. Las personas van y vienen por la acera, luego apresuran el paso para cruzar por la senda peatonal. Al menos traigo zapatillas para correr si es necesario.
Mi reloj marca las 4:30PM. Me detengo en la puerta del mall tal como quedamos. Espero que no demore. Espero que no piense que estoy desesperada por llegar a la hora exacta.
—Erika-ssi
En menos de lo pensado escucho mi nombre, él viene en mi dirección. Viste una camiseta negra entallada y, encima de ella, una chaqueta verde militar. Sus pantalones ceñidos también son oscuros, al igual que sus zapatillas. Una combinación clásica.
Trae gafas de sol que lo ayudan a lucir como el típico bad boy de película. Aunque no lo es, sí parece salido de una.
Su pelo alborotado deja en evidencia que traía un gorro puesto hasta hace unos minutos. Es probable que se lo haya quitado para peinarse rápido con sus manos.
—¿Tú siempre estás hermosa sin importar el horario? —pregunta en un tono divertido.
—¿Y tú siempre usas gafas en una cita?
—Oh, ya veo... ¿esto es una cita? —sonríe y se las quita.
—No lo sé—Mi comentario me hace sentir una tonta—. Pensé que...
—No puedo creer que alguien como tú aceptara salir conmigo.
—¿Por qué dices eso?
—Por empezar, no soy de intercambiar mi número, tampoco me gusta salir por las noches; pero el viernes, después de mucho tiempo, se me ocurrió salir de festejo con amigos y te vi. ¡Mírate! —Señala—. Eres tan bonita que resulta imposible que alguien como yo tenga esta posibilidad.
—No exageres.
Sus palabras calan en mi interior. Es lindo saber que mis horas frente al espejo dieron frutos.
—¿Entramos o prefieres que nos quedemos aquí afuera?
—Muy gracioso. Vamos.
Caminamos por el centro comercial en tanto hablamos. Seo Won hace comentarios acerca de las vidrieras, algo básico para entablar una conversación que desemboque en temas más idóneos.
Él es divertido. Me hace olvidar otros asuntos, entre ellos, el rechazo público de Jong Hyun frente a nuestros amigos.
—¿Quieres ir al tercer piso? Hay libros muy buenos.
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Siempre fuiste tú
RomanceErika D'angelo y Jeong Jong Hyun son amigos desde los cinco años. Viven en Seúl y comparten departamento mientras cursan la carrera de Economía en la universidad. Tienen una historia en común, son como hermanos; sin embargo, hay muchos secretos ocu...